Un nuevo mundo / Esteban Torres Cobo
Un nuevo mundo surgía desde antes de la gran pandemia. Un mundo irreverente, contestatario y digital que, con el virus, solo reclamó su puesto de una manera más rápida a la que se esperaba.
Desde hace mucho tiempo he seguido la trayectoria del Bitcoin, por ejemplo, y hoy ya dejó de ser una moneda sospechosa y opaca. En pleno 2021 su valor supera los 40.000 dólares, sirve para pagar varias cosas, se vende en máquinas de aeropuertos y hasta forma parte del portafolio de bancos centrales y fondos de inversión. Sigo sin entender todavía muy bien la tecnología blockchain, que sustenta esa y varias criptomonedas, pero sé que en poco la veremos en todo. No solo en las finanzas y en las monedas, quizás hasta en las elecciones, en la salud y en la gestión gubernamental.
Con esto, los Estados y los Bancos Centrales empiezan a perder su poder monopólico y el Bitcoin alcanza en menos de 10 años una respetabilidad como la del oro. Imposible de creer sino fuera porque está sucediendo y la evidencia destruye cualquier presunción. Además, con toda la expansión monetaria que le ha quitado valor al dólar y al resto de monedas por la emisión de dinero para ayudas humanitarias y transferencias directas.
Por otro lado, se confirma el dominio de la comunicación por parte de las redes ciudadanas y sociales. La política ya se entiende obsoleta sin redes y, el éxito inesperado e inmediato de Guillermo Lasso en Tik Tok con un solo video, ratifica la obligación de comunicar más por estas vías que por las tradicionales. Pero este fenómeno no se relega solo a la política. Las personas creen cada vez más en la veracidad de lo que leen. El meme es más efectivo que el reportaje. Los 10 segundos comunican más que los 40 minutos. Es una revolución en todo sentido.
¿Se podrá pensar que en el futuro, por ejemplo, todas las entrevistas en medios volverán a ser todas presenciales? ¡Imposible! ¿O que el teletrabajo no quedará establecido por lo menos para uno o dos días a la semana o en tareas específicas? Ese es el nuevo mundo que surgió en en este año de pandamia. Uno que se venía cocinando, pero que esperó al covid para dominarlo. (O)