Desempleo y pobreza / Edison Narváez Z.
La Pobreza es sinónimo de carencia y privación que limita a una persona para alcanzar un mínimo nivel de vida. La Organización de Naciones Unidas (ONU) manifiesta que la Pobreza está caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, como el acceso a alimentos, agua potable, vivienda, salud y educación.
La crisis derivada de la pandemia Covid-19 ha generado consecuencias muy duras en términos de pobreza; según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Latinoamérica cerró el 2020 con un total de 209 millones de personas en situación de pobreza, 22 millones, más que el año 2019.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) considera Pobre a una persona que percibe un ingreso mensual menor a $84,05 mensuales y Pobre Extremo si percibe menos de $47,37 mensuales.
En el Ecuador el 32,4% de la población es pobre, vale decir que 5.589.000 personas tienen ingresos inferiores a $84,05 mensuales. De la misma manera el 14.9% de la población (2.570.000 personas) viven en la pobreza extrema, pues esta gente vive con menos de $47,37 mensuales. En resumen, a finales del 2020 más de 8 millones de ecuatorianos son pobres.
El desempleo determina el grado de desocupación de la población y evidentemente marca los niveles de pobreza. Es cierto que el deterioro del desempleo viene dado por la crisis de la Pandemia Covid-19, pero también no es menos cierto que los desequilibrios e irresponsabilidades en el manejo de la economía durante estos últimos 14 años generaron deficiencias de liquidez en la macro y microeconomía.
De acuerdo a información (tardía) del INEC, la tasa de desempleo a diciembre 2020 llegó al 5.0 respecto del PEA (Población Económicamente Activa). Es decir que si la PEA supera los 8 millones (personas en edad de trabajar superior a los 15 años), los desempleados superan los 400.000. El Empleo Adecuado (personas que reciben ingresos superiores $400 mensuales) se ubicó en 30.8%, vale decir a diciembre 2020, 2.4 millones de personas tienen empleo adecuado, cifra alarmante si consideramos que a diciembre 2019 las personas con empleo adecuado fueron en 3.1 millones.
Este sombrío escenario de pobreza debe ser enfrentado por el próximo gobierno; por tanto, los presidenciables finalistas deben decirle al electorado como enfrentarlo, sin demagogias populistas que alteran la emoción y menoscaban la razón de los votantes. Al menos deberían considerar las sugerencias del Banco Mundial que apuntan a: Mejorar el desarrollo y nutrición en la infancia para mejorar el desarrollo cognitivo y garantizar un mejor rendimiento escolar de la futura PEA. Garantizar una educación de calidad priorizando el aprendizaje universal (No escuelas del Milenio ni Universidad Yachay, proyectos emblemáticos del gobierno de Correa que pasaron a ser elefantes blancos llenos de corrupción). Establecer la Tributación Progresiva, es decir que los impuestos sean progresivos y equitativos para financiar los programas del gobierno y transferir recursos a los más pobres. Tarea pendiente, mejorar ingresos para salir de la Pobreza. (O)