El embarazo adolescente / Aracely Silva Cadmen
Las adolescentes corren un riesgo importante de alterar el curso de sus vidas para siempre con un embarazo precoz. Dado que en esta etapa se descubre la sexualidad y ese tema es a menudo un tabú en las sociedades, la información de la que se posee a es escasa o sesgada. El embarazo en la adolescencia se considera de alto riesgo y conlleva más complicaciones, la adolescente no está preparada ni física ni mentalmente para tener un bebé y asumir la responsabilidad de la maternidad.
Ahora más que nunca, es urgente prevenir el embarazo en niñas y adolescentes, pues la crisis relacionada con la pandemia COVID-19 puede agravar aún más estas vulnerabilidades. El riesgo que se corre en un embarazo adolescente puede enmarcarse en una mala nutrición lo que afectaría al desarrollo del bebé, los partos prematuros, bebés con bajo peso, trastornos en el desarrollo, malformaciones o discapacidad.
Garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y ampliar el acceso a los servicios asociados a éstos, con énfasis en la prevención del embarazo, siguen siendo piedras angulares en la reducción de la fecundidad adolescente. Es necesario, también, ofrecer educación sexual integral a los niños y adolescentes.
En cualquier caso, la mejor prevención es que los jóvenes tengan una buena educación sexual desde el mismo seno de la familia. Es importante informar sobre los riesgos y complicaciones del embarazo en la adolescencia y todos los cambios que se producirán desde el momento en que la adolescente se quede embarazada.
La comunicación en la familia es esencial, por tanto, debe haber un diálogo abierto y transparente para que los jóvenes tengan toda la información a su alcance. Sabemos que son las nuevas generaciones las que tendrán en sus manos el reto de construir sociedades que crezcan con igualdad y sostenibilidad ambiental, es imperativo comenzar ahora a preparar este camino, este futuro, que es el de todos.
Las principales causas de embarazo en la adolescencia pueden ser: asincronía madurativa físico-emocional, bajas autoestima, bajo nivel de instrucción, ausencia de interés y pérdida reciente de personas allegadas.
Aunque no siempre se menciona la escasa información sobre educación sexual como uno de los factores determinantes, numerosas adolescentes desconocen, entre otros importantes aspectos, los relacionados con la edad óptima para concebir un embarazo, las complicaciones gravídicas que pueden presentarse, así como los graves riesgos para su vida y la del producto de la concepción. Ello tiene mucho que ver con su indiferencia mostrada ante el peligro y las consecuencias futuras de esa gestación, pues algo característico en esa etapa es la ausencia de madurez física y emocional; de hecho, mientras ha estado acelerándose la maduración sexual en las adolescentes, la social se va tornando cada vez más compleja, o sea: la persona adquiere el desarrollo pleno de la adultez a mayor edad. De ahí, surgen preocupaciones con los cambios físicos, mentales y sociales que empiezan a experimentar. Cambios que pueden generar estrés y baja autoestima, como siempre se recomienda la ayuda oportuna y mantengamos un diálogo con nuestros hijos para evitar posibles dificultades que alteren el desarrollo integral de ellos.
La decisión está en tus manos piénsalo bien antes de actuar, no sólo es tu futuro tienes a alguien atrás de ti… (O)