Tiranía de lo correcto / Luis Fernando Torres
Lo correcto lo están definiendo las burocracias y los políticos en un tiempo tan incierto como el de la actual pandemia. Y no sólo eso. También lo están imponiendo, sin que lo que deciden haya pasado por el filtro de la constatación fáctica. Se trata, en definitiva, de suposiciones que los ciudadanos son obligados a acatar.
Los límites en los aforos en espacios de concentración humana son medidas adoptadas para evitar contagios, dicen los burócratas y políticos, sin exhibir prueba alguna que 30% o 50% sea lo óptimo. Por qué no 15% o 70%?
Se imponen esas restricciones en el transporte público, los bares, las iglesias, y los contagios no bajan.
Otra limitación es la circulación por placas. Dónde está la evidencia de la disminución de los contagios con menos circulación vehicular?
Por último, está el toque de queda para que nadie se movilice en un determinado horario. Cuál es la diferencia entre comenzar la prohibición a las 20:00 o a las 21:00, 22:00 o 23:00? Ninguna, en relación con los contagios.
Lo que sí está demostrado es que restricciones tan ligeras provocan efectos en el dinamismo de las actividades económicas y de la gente, sin que exista una compensación.
En algunos países ya no se habla siquiera de compensación sino de indemnización. Si no se le permite trabajar o movilizarse a alguien, las entidades desde donde los burócratas y los políticos deben indemnizar por los daños ocasionados.
La tiranía de lo correcto ha sido el pretexto para subyugar a la población con medidas ineficaces y absurdas. (O)