El bien común / Jaime Guevara Sánchez
La expresión bien común ha caído en desuso para ser sustituida por otra de menor calado: el “interés general”. La primera posee un pedigrí del que carece la segunda cuando se quiere expresar lo que todo aspiramos, felicidad o vida feliz como diría los clásicos.
Lo que seduce de la expresión bien común es que posee algo de proyecto compartido, de objetivo aglutinador de esfuerzos, de base moral de convivencia. A diferencia de la expresión “interés general” parece más bien apelar a algo con connotaciones egoístas. El interés como motor de nuestra vida sociopolítica.
Causa estupor que en la encrucijada delicada en que se encuentra nuestro país, olvidemos un valor tan importante como es el bien común. A juzgar por los comportamientos de algunas fuerzas políticas y sociales, cualquiera diría que pertenecemos a países distintos y en pugna. Lamentablemente por el irracional camino del desencuentro es difícil que lleguemos a buen puerto.
Algunos partidos y movimientos políticos, falsos de altura de miras y de grandeza política, andan enzarzados en sus intereses particulares. Esta miopía política, basada más en el propio beneficio que en el bien común, los lleva a una forma nada recomendable de hacer política, en la que priman las ambiciones, gremiales o personales, en detrimento de lo que de verdad nos importa a los ecuatorianos y que nos habría progresar como pueblo.
Si lo que se persigue es el bien común, lejos de practicar el engaño político, porqué no ser generosos y solidarios.
La confrontación política inherente a la democracia es muy saludable cuando tiene por objeto la búsqueda del bien general. Pero practicada con el único afán de erosionar al ponente, convierte a los partidos y movimientos políticos en una especie de indeseable aspirantes a ocupar el poder.
Nos encontramos en una situación compleja en lo social y en lo económico. Ecuador es ahora el bien común, el bien que debemos defender con todas nuestras energías.
Y, ante el bien prioritario, deben declinar los intereses partidistas, tratando por todos los medios de construir una sociedad próspera como resultado de metas positivas para todos. (O)