Prensa libre / Editorial

Editorial

   En nuestro país, la profesión periodística ecuatoriana tiene calma y compromiso, ya que, un nuevo gobierno libertario tomará posesión, a menos de un mes, donde, incluso, el ámbito de la comunicación, comienza una nueva era mediática  

   La información cotidiana difiere mucho de la libertad de prensa frente a la de expresión. Lastimosamente, profesionales de la comunicación, creen que ambos conceptos son iguales, cuando no lo son. Una prensa libre responde a la objetividad de una información de relevancia, contrastada de fuentes oficiales de una nota periodística, a diferencia de una expresión cotidiana, donde su fin está en dar una opinión subjetiva, a través de una realidad momentánea que está viviendo el actor, sin tener respaldo de una fuente que sustente su afirmación.  

  Ayer, cada 03 de mayo de cada año, se celebra la libertad de prensa a nivel mundial. Medios (radio, prensa escrita y televisión) festejan su labor en términos de informar con manuales de ética, algo que, ciertos canales digitales, en auge en los últimos años, ni tienen, ni tendrán, por no responder a una credibilidad de tradición y años en el mercado mediático; su fin ha sido dedicarse al amarillismo y desprestigiar con orgullo sensacionalista.

  La libertad de prensa se basa en ese diálogo ameno y coloquial entre el entrevistador y entrevistado, dando cabida y espacio al invitado, realzando lo que representa un medio: ser la voz del pueblo, justifica el objetivo de la prensa en dar a conocer, libremente, necesidades, denuncias, requerimientos, entre otros, de una ciudadanía que necesita ser visibilizada. 

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