Dmocratia et Sortitio / Dr. Guillermo Bastidas Tello
La democracia y la lotería política son dos realidades de la Sociedad Siglo XXI que favorecen a los ineptos, incapaces, incompetentes e inútiles en el ejercicio de la Gobernanza en América Latina.
La lotería Política es una tal suerte de azar, casualidad, albur, destino y eventualidad en el que los participantes en la compra de un escaño en alguna candidatura de elección popular, recibe el premio gordo de las elecciones y llega a ser el ungido representante de un pueblo que tiene un marcado analfabetismo político.
Algunos Políticos sueñan con que un día tarde o temprano le toque la lotería, le llegue el nombramiento desde las nubes para encontrar una fuente de trabajo, pagar sus deudas, ayudar a sus familiares y saborear las mieses del Poder.
En Ecuador los Políticos, no todos, esperan ansiosamente que la suerte le acompañe durante los procesos electorales.
Lo que se necesita, es presentarse a las elecciones de cualquier dignidad y ganarla, no por su capacidad e inteligencia sino por el Loteriazo de la politiquería; entonces su vida, de sus agnados, de sus cognados y la de sus familiares estará resuelta, al menos, por un buen tiempo.
Mientras hacer carrera política sea, en la práctica, sinónimo de solucionarse económicamente y socialmente el futuro, jamás habrá un efectivo servicio al elector ni un sistema gubernamental que funcione al servicio de los más necesitados.
Todo sería mucho más fácil si el político pensara no tanto en su futuro personal sino en el bien común. Esta acusación -también suscrita por las fuerzas populistas del mundo de hoy- puede ser fácilmente solucionada mediante el sorteo, sostiene Reybrouck.
En la Grecia antigua, los más altos representantes fueron elegidos mediante un sorteo cada año.
Con el sorteoexiste la posibilidad de que la masa de todas las esferas de la sociedad sea incluida a través de los sometidos al sorteo. En tal caso el Político sabe que no es su capacidad científica ni cultural la que primará para ser elegido por el Pueblo, sino la coincidencia del arrastre y la suerte del Loteriazo.
Sea como fuere, el Pueblo necesita que sus representantes Políticos no trabajen para las próximas elecciones sino para las futuras generaciones, alejados del populismo, dogmatismo, intereses personalísimos.
Un Político inepto y troglodita que gana la lotería de la democracia, no se transforma en un sabio, puesto que seguirá siendo un inepto y troglodita que ganó la lotería en elecciones Populares en una Democracia de papel. (O)