Artesanos afectados / Editorial
La informalidad ha preocupado a todo nivel no solo a puestos del comercio formal, sino también a distintos artesanos que han expresado su malestar, a través de la Cámara Artesanal de Tungurahua.
Aducen que, la informalidad, está perjudicando las ventas en su producción limitada, donde su manufactura no justifica el costo de su producto, más aún con informales que ofrecen lo mismo a menor valor y baja calidad.
Esto ha obligado a diferentes artesanos a codearse con otros comerciantes, locales y extranjeros que, algunos salen hasta groseros por defender su venta, fomentando un negocio sucio y, en ciertos casos, clandestino.
Pese a que, el informalismo cada vez más aumenta, sobre todo, en la zona céntrica de la urbe ambateña, independientemente del tipo de venta que se oferte en las calles, ya la gente busca cualquier sitio para sobrevivir, fomentándose una pugna de espacios de índole hasta personal, en ciertos aspectos y casos. (O)