Corazón de piedra… / Andrea Manjarrez Ocaña
Al existir la bondad también existe la maldad, y con ella la frialdad, el despotismo, la corrupción, la injusticia, la envidia, el egoísmo, en sí todos los malos sentimientos del ser humano, estamos rodeados de personas que nos brindan una mano amiga, cariño sincero, pero no podemos evitar encontrarnos a la vuelta de la esquina con quien nos puede traspasar una daga por la espalda al confiar en el ser equivocado o peor aun quien demuestre en sus actitudes que no se desmorona ni con la peor y más desgarradora imagen de dolor.
Aquel que no derrama una sola lagrima al sentir tristeza, al visitar lugares donde viven en la más infame pobreza, al ver un niño en alguna esquina trabajando a su corta edad, un mendigo a quien le borraron la sonrisa, un animalito agonizante, o al ser parte del dolor de otro, bloquea cualquier temor, molestia, preocupación, tormento, padecimiento, pena, lamento, se evita sufrir sin pensar que está siendo parte de una muerte lenta, quien no ha sentido todas y cada una de las emociones de la vida no puede afirmar que aun respira.
Como es posible que existan en el mundo aquellas personas que disfrutan del sufrimiento ajeno, a quienes no les importa basar su felicidad en el pisotear y discriminar, alimentarse de la humillación y deshonra de su prójimo, engrandecer su ego al mirar al resto como inferior; quienes pueden caminar firme sobre la sangre derramada, quienes fingen una ceguera al vivir en una masacre social donde unos con otros de atacan tal cual fieras voraces, dedicándose únicamente en probar ¿quién es mejor?, restándole importancia a lo que en verdad la merece, como es la pobreza, el desempleo, la violencia, necesitamos tiempo, esfuerzo y dedicación para encontrar soluciones, para aportar con un grano de arena, formar parte del cambio necesario y en un futuro no muy lejano poner fin a la perversidad, crueldad, malevolencia mundana de la tierra, y para ello solo debes demostrar no tener un…Corazón de piedra… (O)