Yaku se fue con el agua / Luis Fernando Torres
“Yaku es agua y fluye como el agua”, dijo Yaku Pérez al separarse de Pachakutik. En lugar de quedarse flotando en el remanso del pacto legislativo de PK con el nuevo gobierno, el presidenciable optó por fluir lejos de los que pactaron.
La decisión de Yaku es lo más trascendental de lo ocurrido la última semana en la Asamblea. Su alejamiento de PK tiene varias implicaciones. En primer lugar, deja en evidencia su rechazo a los pactos de las fuerzas contestatarias, como la que representa PK, con el nuevo gobierno. En segundo lugar, deslegitima ese pacto. En tercer lugar, les deja el mensaje a sus coidearios que, gracias a él, lograron un bloque tan numeroso. Por último, deja latente la posibilidad de otra candidatura presidencial con una plataforma diferente de la que le apoyó el 2021.
Yaku triunfó en la mayoría de provincias de la sierra. Su electorado fue transversal. No se limitó al voto indígena. Masivamente la gente de los sectores urbanos y rurales se adhirió a su mensaje. En Tungurahua obtuvo, de lejos, la primera votación provincial.
Sabe que su capital político no puede perderlo en un pacto legislativo de PK y el nuevo gobierno. Su separación de PK es oportuna y estratégica. Pronto, aprovechará, además, la sensación ciudadana que él debía estar en la segunda vuelta y no otro. Su relato del fraude no ha perdido vigencia.
Si hace lo que debe, Yaku se consolidará como la figura política de mayor proyección nacional. Ha hecho, por lo pronto, un anuncio interesante. Se aleja definitivamente de PK y temporalmente de la política para dedicarse a su profesión de abogado y a ser un ciudadano activo en las calles. Allí están casi todos los ingredientes para la consolidación y crecimiento de su imagen, lejos de los pactos y el poder institucional.
Las organizaciones políticas que han pactado en la Asamblea con el nuevo gobierno, al que combatieron en las elecciones, alcanzarán posiciones de cierta relevancia, pero perderán la dimensión de contradictores, convirtiéndose en responsables de la gestión. A PK ya no le queda Yaku para que ayude a mitigar los efectos del pacto. Y las elecciones del 2023 están a la vuelta de la esquina.
Será muy interesante seguir la evolución política de Yaku en un entorno tan impredecible como el ecuatoriano. (O)