Acuerdos / Mirian Delgado Palma
El Ecuador se “puso de pie” al escuchar el brillante discurso del flamante presidente del Ecuador, el llamado permanente al “encuentro y la reconciliación” fue un mensaje que debe calar en la mente y el corazón de los Asambleístas, sintonizarse con los nobles ideales patrios: y, como mencionó el Señor presidente que no se desvié ni un milímetro del nuevo “camino trazado” en busca de un “país próspero y libre”. Además, en las elecciones pasadas la mayoría de los ecuatorianos votamos por la institucionalización de la democracia, a fin de cerrar las puestas a gobiernos verticales, autoritarios y corruptos.
En su discurso hizo un llamado a la “unidad nacional”, a la necesidad de establecer “prioridades políticas”, a la construcción de un País, más justo y equitativo, que beneficien con especial atención a la clase social más golpeada. ¡Muy de acuerdo!
Está claro que, para el cumplimiento del gran proyecto nacional, se requiere un empoderamiento colectivo, es decir la suma de los esfuerzos de todos/as en busca de los intereses nacionales. En esta dirección deben ir los “acuerdos “que vayan solucionando la problemática nacional mediante la decisión y el compromiso patriótico de los dirigentes, los líderes, los grupos de poder y principalmente del pueblo mismo. Es urgente que se llegue a un acuerdo ético, moral y leal que de tranquilidad al pueblo ecuatoriano.
Los “acuerdos” son muy necesarios para lograr consensos, para dirigir la administración pública con efectividad. Ciertamente el gobierno tiene que atender a múltiples frentes dada la complejidad creciente de las condiciones del mundo actual; no se trata por lo tanto de dejar de hacer de lo que tiene que hacerse en materia de: salud, vivienda, educación, agricultura, minería, seguridad, turismo, comunicaciones, defensa, ambiente, para solo citar algunas de las múltiples tareas que debe enfrentar diariamente el gobierno.
Los “acuerdos” deben buscar la renovación política del País, debe partir de la reorganización de las comunidades, iniciando por las bases hasta llegar a la comunidad nacional. Las comunidades ocupan por lo tanto el papel de líderes del cambio social. Sin duda los “acuerdos” a los que deben llegar los asambleístas deben estar sustentados en ideas muy claras sobre las metas y los objetivos a alcanzar para el progreso del Ecuador.
En los corrillos se habla supuestamente de acuerdos que respalden la impunidad, seguramente se intentará encontrar explicaciones acomodaticias que intente justificar la violación a la Ley. Si aquello ocurre, la labor de una reconocida mujer a nivel internacional por sus ejecutorias en el campo de la justicia quedaría en el piso y el pueblo recibiría un latigazo estremecedor que desangraría la vida democrática del Ecuador.
No nos descorazonemos, el pueblo debe tomar las riendas del Ecuador, hoy más que nunca tenemos que estar atentos a los “acuerdos” a los que se lleguen, si éstos contradicen la “búsqueda de la verdad y el bien común del pueblo” como le expreso el presidente, no dudaremos en cesarles en sus funciones. Respaldaremos y defenderemos en forma valiente y frontal el brillante “Plan de Gobierno” propuesto por el presidente Lasso que expreso que: “la voluntad del gobierno, será la voluntad del pueblo”.
Se trata en que en todas y cada una de ellas el pueblo tenga un protagonismo frontal y activo como veedores para que funcione adecuadamente el “gran proyecto nacional”. (O)