Desde las cumbres de las colinas / Luis Alfredo Silva Zambrano
Para iniciar el excursionismo de montañas, hemos escogido, dos colinas ambateñas, lnapisí y Macasto, ubicadas en las parroquias Augusto N. Martínez y Atahualpa, respectivamente. Las colinas, en general, presentan caracteres semejantes a las montañas, pero son más pequeñas, redondeadas y de menor altitud.
INAPISÍ El ascenso comienza en las faldas de la colina, por un sendero que se abre por las abruptas laderas irregulares, debido la erosión pluvial y eólica. Se cruza una acéquia, un pequeño bosque de eucalíptos y se llega a la cumbre, de 2.810 metros dealtitud.
Desde la cima se observa, un dilatado horizonte, en el que se destacan las montañas; Chimborazo y Carihuairazo, en La Cordillera Occidental de los Andes; El Puñalica y el Yanarrumi, en El Nudo de lgualata; El Ladrillo, Llimpe y Mulmul, que estan separados de La Cordillera Oriental de los Andes, por la profunda abra del. do Chambo; «La Maravilla de los Andes», El Altar, con sus atractivos e impresionantes picachos, que sobresalen en La Cordillera Oriental de los Andes, al igual que el imponente volcán Tungurahua. El paisaje, es fabuloso; La Ciudad de Ambato, rodeada por deslumbrantes montañas, bajo un cielo azul y radiante sol.
MACASTO. Mediante una agradable caminata, se llega al punto culminante de la colina de Macasto, 2.700 metros sobre el nivel del mar. Se inicia en la-población de Atahualpa, por un camino de aproximadamente de dos kilómetros, que se muestra bordeado de casitas típicas y modernas, algunos árboles espigados de eucalipto y coposos nogales.
Durante el hermoso recorrido, por una de las laderas, de la pequeña montaña, las variadas y coloridas aves, especialmente pájaros brujos, denominados así por sus llamativos colores, rojo y negro, matices preferidos de los hechiceros, y los colibríes, nos deleitaron con sus armoniosos trinos y espectaculares vuelos.
Desde la cúspide de la colina, se contempla La Ciudad de Ambato, de norte a sur, y las montañas Casigana, Tsunantza, Carihuairazo y «El Coloso de los Andes», El Chimborazo; al occidente, se admira El Sagatoa, llamado también Pilishurco y El Casaguala; al oriente, La Colina de Nitón y el Tungurahua; al norte, La Loma de Unamuncho, El Putzalagua y El Cotopaxi.
Con el ascenso, a las colinas de lnapisí y Macasto, el mismo día, se prepara para continuar, con el excursionismo de montañas; que es una disciplina deportiva, que se realiza en la apacible y mágica naturaleza llena de vida. (O)