Decreto Ejecutivo #33 / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Uno de los primeros decretos suscritos por el presidente Lasso es el número 33, el mismo que se refiere a la eliminación de los registros de información histórica crediticia de personas que constan en los burós de crédito con deudas vencidas de menos de $1.000 tanto en el sistema de bancos como en el sistema de cooperativas de ahorro y crédito de los segmentos 1 y 2 (aquellas que tienen activos superiores a 20 millones de usd). Para cooperativas más pequeñas el monto de deuda para que el deudor sea eliminado de los registros del buró de crédito es de $500.

El flamante presidente ha dicho que este decreto beneficiará a 1.7 millones de personas; en principio me parece justo si se piensa en reactivar la economía de esta gente; pero ojo, el decreto no elimina las deudas, lo único que hace es limpiar el historial crediticio de las personas que por diferentes razones no han podido cancelar sus obligaciones, es decir que las instituciones no podrán utilizar en su análisis esta información para negar o aprobar un crédito. (Aunque no es descabellado que estas obligaciones que han estado vencidas mas de 125 días puedan ser condonadas, pues las instituciones financieras en el día 125 ya provisionaron el 100% de estas obligaciones, es decir contablemente ya asumieron la pérdida).

Es importante tener en cuenta que este decreto no se va a poder ejecutar de manera inmediata, entiendo que va a ser necesario la nueva conformación de la Juta de Regulación Monetaria y Financiera para que de una manera técnica se disponga la aplicación de este decreto. Aunque el Ejecutivo dio un plazo de 60 días para la aplicación del mismo.

Necesario manifestar que las instituciones financieras analizan a sus clientes desde la óptica de las cinco “C” de crédito (Carácter, Capital, Capacidad, Colateral, Condiciones). En este sentido, el Carácter analiza el comportamiento crediticio del cliente a través del score del buró de crédito, que tiene un rango de 0 a 999 puntos, mientras más bajo califica significa que el cliente tiene un alto de riesgo de incumplimiento en el pago del crédito que se está analizando. Evidentemente lo que pretende el presidente Lasso es reactivar la economía de un sector de pequeños emprendedores que por efectos de la pandemia COVID – 19 han visto quebrar sus negocios, no han podido pagar sus deudas y que para obtener un nuevo crédito no se tome en cuenta el historial crediticio.

Evidentemente, las instituciones financieras califican a sus clientes a través de la información que posean, es decir que mientras más información se disponga mejor será la decisión de otorgar o no un crédito, de ahí que eventualmente las instituciones financieras puedan verse afectadas, aunque debe quedar claro que la decisión de otorgar o no un crédito depende de un análisis integral de las cinco “C” de crédito, y no únicamente del carácter.

De cualquier manera, es plausible la decisión del presidente Lasso, apoyar a los que menos tienen; no obstante, existen otros sectores de la pequeña y mediana empresa que generan empleo y que dinamizan la economía, que también están quebrados… Que hacer con ellos. Que difícil situación. (O)

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