Reubicar el reloj público: Un informe negativo / Parte I / Jéssica Torres Lescano

Columnistas, Opinión

Son por demás conocidas varias fotografías de la condición de Ambato posterior al terremoto del 5 de agosto de 1949. Una imagen en particular enfoca la Iglesia La Matriz y facilita ver los detalles de los efectos ocasionados por el sismo. Al examinar con detenimiento la representación visual de la infraestructura, nuestra mirada se mantiene en la torre que descansa el reloj público de Ambato. El tic-tac se detuvo a las 14h10 como evidencia del cataclismo y con el estremezón se hicieron presentes los diferentes criterios sobre su reubicación. ¿Qué hacer con el reloj público mientras era latente el riesgo de que en mitad de los remezones la torre termine por desplomarse?

Entre los personajes encargados de evaluar la situación y emitir un informe técnico eran el Director de Obras Públicas y el relojero municipal. El documento expuso cuatro razones que argumentan la negativa de colocar el reloj en la torre de la Iglesia de la Merced, señalando lo siguiente:

«1. Es importante hacer una adaptación en la torre para las máquinas, pasos de los cables de las cuerdas y pesas, recortes en los ejes de transmisión, etc. 2. El costo de reparaciones y readaptaciones será aproximadamente de 5.800,00 sucres. 3. La utilidad que prestará el reloj de la torre de La Merced, será relativamente sin importancia, ya que servirá para un pequeño sector, y. 4. Si la instalación es provisional, las reparaciones no justifican la inversión, tomando en cuenta además que se tendrán que hacer nuevas rectificaciones a piezas importantes como sobre los ejes, etc., en el momento que se trate definitivamente colocar el reloj en otro lugar» (Informe Obras Públicas, transcrito en las actas del Concejo Cantonal, 14 de febrero de 1950).

¿Qué llevó al equipo técnico entre ellos el Director de Obras Públicas y el relojero municipal a emitir dicha resolución? Barajamos algunas posibilidades sobre sus razones que son dialogadas con el contexto de la época. Una de las motivaciones para manifestar la negativa se relaciona con un asunto de costos. Las arcas de Concejo Cantonal no contaban con el suficiente presupuesto para destinar parte de su dinero en la reparación del reloj. En nuestra lectura de las actas de Concejo notamos que la dolencia económica de la entidad era periódica.

Otro argumento es la lejanía de la nueva ubicación del reloj público con el sector céntrico de la ciudad. Para discernir esta posición es menester mirar el pasado con los ojos de la época. La población se concentraba en el núcleo central alrededor del Parque Montalvo, allí se ubicaba el sector administrativo. Mientras que la Merced era una zona poblada cercana de un área todavía en expansión hacia el sur (Plan Regulador 1951). Para finalizar y no menos importante se encuentra la parte técnica con la ausencia de profesionales y piezas para la restitución y conservación del reloj. El informe de Obras Públicas detonó un debate en el interior del Concejo Cantonal del que hablaremos en próximas ocasiones…(O)

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