¡Eres mucho más…! / Edison Narváez Z.
A propósito del día del Padre (conste que cuando digo Padre, no me refiero únicamente al que engendra, sino aquel que sabe criar y educar a sus hijos hacia una vida honesta), por tal razón he querido dedicarle este espacio y honrarlo, porque nos educó con aquellos pequeños detalles que no supimos entender de pequeños y hasta le regateamos un abrazo cuando fuimos adolescentes, porque no nos permitió hacer lo que deseábamos o tener lo que queríamos.
En este contexto estimados lectores, me permito subrayar la importante labor de este ser muchas veces incomprendido, este individuo hecho de una mezcla de razón y sentimiento que llamamos papá, papi, o pá, nos consintió cometer errores para que encontremos nuestro propio sendero; por tal razón, si me permiten quiero compartirles esa magistral obra realizada por una extraordinaria mujer (Madre Teresa de Calcuta) para ese gran ser que llamamos Papá.
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida
Sin embargo, en cada vuelo, en cada sueño, en cada vida, perdurará siempre la huella del camino enseñado.
De cualquier manera, considero que ese Papá (en muchas ocasiones el abuelo) se merece mucho más que un abrazo, mucho más que un “hola pá”; por tanto, es extremadamente justo demostrarle con cualquier acto que te acuerdas de él y que lo respetas; será suficiente un abrazo para hacerlo feliz. Acuérdate que a él nadie le enseñó a ser Padre y ciertamente pudo haber fallado en esa enorme y en ocasiones ingrata responsabilidad de guiar y ser ejemplo para sus hijos.
Si no tienes Padre porque ya partió, porque emigró o porque simplemente el vínculo conyugal se rompió, siempre podrás recordar aquellos momentos que vivieron juntos en donde te ibas moldeando con su ejemplo, podrás recordar esa imagen dura por fuera pero dulce por dentro tal y como si fuera un higo. Podrás recordar cuantos “Te quiero” debió haberse callado para enderezar tu comportamiento. Al final del camino las prohibiciones y peleas con tu padre, pasan a ser lecciones y valores que te ayudan a forjarte como un buen ser humano.
Enormemente justo dedicarle un día en el año a ese “Viejo mi querido viejo” como dice Piero en su canción…. Seguro él te dedicó todos los días del año, aunque en ocasiones nuestra soberbia nos impida aceptarlo. Seguro se sintió orgulloso cuando metiste un gol en el arco contrario, o cuando preparaste y le diste de comer ese exquisito guiso, cuando te graduaste o cuando le diste su primer nieto.
Por esto y por muchas razones más, seguro dirás a tu Viejo, Papá, Papi, o Pa, … ¡Eres mucho más…!(O)