Pillareños conjugan arte, creatividad y fe
Cuadros con pasajes religiosos fueron restaurados en la iglesia matriz de Píllaro por la devota Paulina Ramírez Molina, quien con su habilidad dejó como nuevas las imágenes.
“Cumplí con una promesa religiosa. Hace un tiempo atrás miré que los cuadros de la pasión y muerte de Jesús, ubicados por décadas en las paredes laterales de la iglesia matriz de Píllaro, estaban deteriorados. Pedí autorización al vicario, para trasladarlos a mi domicilio y restaurarlos”, dijo feligrés.
“Dios me dio la habilidad de pintar; así, paso a paso los restauré. La primera acción fue arreglar las fallas ya que estaban despostillados, posteriormente procedí a lijarlos y limpiarlos con una brocha fina. A continuación, le coloqué el acabado tipo madera al marco, este efecto se consigue con una base amarilla, tinte y barniz”, acotó la tecnóloga.
Luego se concentró en las figuras de Jesús, la Virgen, los soldados romanos, entre otros, brindándoles color, porque estaban opacos con el paso de los años. Siempre respetó la esencia de los cuadros como son los fondos y los rostros.
Su padre, Jaime Ramírez Vásconez, le ayudó con la confección de las cruces de madera ya que ningún cuadro las tenía porque se rompieron o simplemente se perdieron.
En todo este proceso se tardó un mes. Una vez finalizado el trabajo entregó esta obra de arte que será visible para toda persona que ingrese al templo.
“Este es mi aporte voluntario en agradecimiento a Dios por la salud y la vida”, señaló la devota.
Entre tanto, el Padre José Luis Frías, vicario de Píllaro, dijo que “es impresionante la acción cumplida. Dios multiplique el ciento por uno, a usted y su familia por este maravilloso trabajo que en lo religioso significa mucho”.
Los cuadros tienen un especial significado ya que abarcan varios episodios de los evangelios, todos ellos cargados de un rico simbolismo. Condensa, por un lado, el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, según las cuales el enviado de Dios sería rechazado y asesinado. Por otro lado, la coherencia de Jesús, quien en la hora más oscura vivió como había predicado. (I)
