Serie ODS: Objetivo nro.15 vida de ecosistemas terrestres / Ing. Patricio Chambers M.
Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad, corresponden al objetivo sostenible número 15 planteado por Naciones Unidas en el año 2015.
La salud de los ecosistemas está estrechamente relacionada con la salud de los seres humanos. En este momento el mundo sufre una pandemia, que la mayoría de los especialistas afirman tiene un origen animal, lo cual no debería llamarnos la atención pues ya en 2016 la ONU alertó sobre un aumento mundial de las epidemias zoonóticas, señalando que el 75 % de todas las enfermedades infecciosas nuevas en humanos tienen tal origen.
Esto levanta las alertas que nos llevan a plantear una lucha continua contra la desertificación para detener e invertir la degradación de las tierras, así como la pérdida de biodiversidad principalmente en los bosques, los cuales albergan más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos, pues cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta.
A ellos les debemos el aire que respiramos, al agua que bebemos y los alimentos que comemos, por tanto, hace falta evitar la degradación de los ecosistemas de todo el mundo, desarrollando principalmente la voluntad y la capacidad políticas de las diferentes naciones para restaurar la relación de los seres humanos con la naturaleza.
Es precisamente esa relación la que se ha visto resquebrajada en los últimos siglos, a pesar de vivir en un planeta que, al ser nuestro compañero de viaje, debemos cuidarlo evitando envenenarlo con contaminantes de todo tipo, pues a la final la suerte de la humanidad por muchos miles de años seguirá ligada a la Tierra.
Los antiguos filósofos platónicos y neoplatónicos la definieron como un macrobios, o sea una gran unidad viviente que mantiene su propio equilibrio vital a través de ciclos periódicos que se suceden en ella como el ser vivo que es y en el cual millones de formas vida conforman un gran ecosistema.
Jorge A. Livraga decía que “es indispensable que el ser humano vuelva a sentirse parte de la naturaleza, ni su dueño ni su esclavo, sino parte de ella”, pero el esquema de vida que llevamos no toma en cuenta a la naturaleza, es un modelo artificial no acoplado a los procesos naturales.
Sin embargo, existen gran cantidad de acciones que se pueden llevar a cabo tanto individual como colectivamente para el cuidado de los ecosistemas, como por ejemplo evitar fuegos, alteraciones del suelo o acciones que los degrade o contamine.
Evitar arrancar plantas o matar animales, por pequeños que sean. No soltar animales foráneos en ecosistemas naturales. Disfrutar del paisaje y del ambiente sano, observando los animales, las plantas y las rocas.
Por otro lado, organizar campañas de promoción de los valores de los ecosistemas naturales, colaborar con entidades de estudio de la naturaleza, así como en la vigilancia de lugares y avistamiento de especies. (O)