Oro Olímpico para Ecuador / Mauricio Calle Naranjo
El triunfo de Richard Carapaz en los Juegos Olímpicos de Tokio quedará grabado en la memoria colectiva de Ecuador, no solamente por su logro deportivo, más bien por lo que representa para millones de ecuatorianos. La historia del ciclismo en Carchi, es tan grande como la cantidad de ciclistas que encontramos entrenando en sus carreteras. Es innegable, la provincia del norte ha demostrado su liderazgo con personajes destacados en la modalidad de ruta.
A pocos segundos de la meta, muy lejos a miles de kilómetros de distancia, en un país pequeñito ubicado en la mitad del mundo, todo un pueblo seguía atento la transmisión de la competencia, con un nudo en la garganta y lágrimas de alegría; su victoria era segura, la “Locomotora del Carchi” sacó bastante ventaja de los otros competidores. Ante la mirada atónita de algunos, Richard cumplió su objetivo, él sí lo sabía, confiaba en su capacidad y preparación, él conocía cómo dejar el alma en la pista porque “solo las personas que se atreven a ir demasiado lejos logran descubrir hasta dónde pueden llegar”(T. Eliot).
El enfoque y la determinación de Carapaz fue sorprendente. A nivel internacional, Ecuador tiene a un ciclista ícono en el mundo, pocos han logrado tal hazaña. Es loable los años de trabajo y esfuerzo que Richard ha dedicado al ciclismo ya que “nadie puede llegar a la cima armado solo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio” (A. Pávlova).
Este triunfo marca un antes y un después para el país, ahora la gente está más motivada, la gente ha vuelto a creer que, si trabajas duro por un ideal, conquistarás tus sueños. La gente está más inspirada, porque Carapaz inyectó humildad y esperanza en los corazones aguerridos de los ecuatorianos. ¡Gracias Richard Carapaz! (O)