Una medicina más humana / Kléver Silva Zaldumbide
Hoy quiero referirme para aclarar eso de “medicina alternativa” ya que es muy relativo, los únicos que alternan son las personas que buscan alivio o curación en cada lugar, en cada mirada médica. Por otra parte, todos los sistemas médicos tienen algo de verdad, pero sólo en la medida que demuestren su eficacia, sin lo cual carecen de valor porque la medicina es una práctica que sólo se sostiene en la obtención de buenos resultados buscando ser lo más beneficioso e inofensivo posible. (“Medicina verdadera es la que cura”, decía don Florencio Escardó). El privilegio de conocer otras estrategias médicas no convencionales es una gran ventaja para saber utilizarlas ya sea suplementaria o complementariamente, y también claro está, casos en los que no tienen utilidad. Estas tres opciones son muy particulares dependiendo de la enfermedad.
Es perentorio buscar un equilibrio y no un divorcio a las estrategias científico-médicas disponibles en el amplio universo de las ciencias tanto Oriental como Occidental. El componente socio-humanístico del ejercicio médico es urgente.
Habrá circunstancias en dónde sea muy útil la increíble capacidad terapéutica de la acupuntura tradicional con sus más de mil puntos ubicados en la piel y sobre los cuales puede influirse con agujas, presión, calor, electricidad, infrarrojo, laser o ultrasonido. Estos llamados puntos están ahí, con sensibilidad variable, esperando el estímulo profesional y adecuadamente experimentado para volverse elocuentemente poderosos equilibradores y restauradores de nuestras funciones biológicas y energéticas.
El desarrollo de la acupuntura moderna es una bendición para quienes ejercemos esta medicina por convicción y necesaria certeza. Un adelanto importantísimo fue la posibilidad de comenzar a medir los puntos con aparatos electrónicos. ¿Sabían que cada punto tiene determinada carga eléctrica que puede obtenerse con equipos apropiados? Lo interesante es que la carga varía lo suficiente como para poder diagnosticar en los dos aspectos determinantes de la medicina energética: la cantidad de energía y su distribución (equilibrio o desequilibrio). Lo característico de los puntos es que poseen una resistencia eléctrica más baja que en los sitios de la piel donde no hay puntos, razón por la cual se dice de ellos que son “electro-permeables”. Se miden de acuerdo a los parámetros del sistema Ryodoraku de Japón. Existen investigaciones en diagnóstico biofotónico en puntos de acupuntura que han revelado modelos comunes patológicos que pueden ser detectados como secuencias de puntos de acupuntura en diferentes canales cuya emisión biofotónica se afecta por los factores que provocan las distintas enfermedades.Hay otra escuela que también ha permitido avanzar sólidamente en este terreno: la Electroacupuntura apoyada en la exactitud de la implacable electrónica alemana que se puede evaluar y tratar disfunción de los distintos órganos a través de los puntos de acupuntura. Los acupuntores contemporáneos nos enfrentamos a situaciones clínicas diarias que trascienden a los síndromes clásicos, convirtiendo al diagnóstico y al tratamiento en un verdadero desafío. (O)