Adiós al fundador de ‘Vigilantes seguros’
José Fernando Jarrín se esforzó por ser feliz y ayudar a otros serlo. Siempre estaba dispuesto, con la mejor de las actitudes, a escuchar a sus amigos e incluso a quienes no lo eran.
En vida dejó el legado de dar la mano, sin importar el traje. Su amor al trabajo lo reflejaba en cada actividad. Madrugaba a recoger los periódicos y en las noches se encargaba de cuidar los carros parqueados en las calles de la ciudad o a vender caramelos.
José Fernando Jarrín fue ‘canillita’ (voceador de periódicos), pero también uno de los fundadores del proyecto ‘Vigilantes Seguros’ en Tungurahua.
La covid-19 le frenó sus sueños, porque eran muchos; desde el mes de julio fue internado en el Hospital Docente y hasta el viernes 6 de agosto batalló por la vida. Al final, no lo logró; pero dejó su mensaje de vivir cada momento y ayudar a los demás.
En su agrupación que denominaron ‘Tres Juanes’ acogieron a personas con discapacidades, adultos mayores e incluso quienes tenían problemas con la droga y el alcohol. José Fernando y su esposa Flor Tocto, de lo poco que ganaban ayudaban a estas personas a rehabilitarse y deban ánimos a sus compañeros con capacidades diferentes para que se esfuercen cada día.
También se convirtieron en los ‘padres adoptivos’ de algunos jóvenes que estaban en la calle. José Fernando y Flor enfermaron juntos, pero ella logró salir. Hoy los familiares, amigos y conocidos despedirán para siempre a José Fernando. (I)