Tradición por recordar a difuntos se mantiene
La celebración del Día de los Difuntos, el 2 de Noviembre bajo la nueva ‘normalidad’ por los efectos del Covid-19 sigue vigente, donde este año se permitió el ingresó a los cementerios con estrictas normas de bioseguridad.
Durante este día se mantendrá la tradición gastronómica de la colada morada con guaguas de pan, que según el dirigente Pedro Aucatoma, se remonta a la cultura Quitu-Cara con la celebración de la ‘Fiesta de las Lluvias’. “Dicha celebración se lo hacía con la colada morada elaborada a base de sangre de camélidos como una ofrenda para los seres queridos en su viaje a la eternidad…”
Sostiene que, en las comunidades indígenas, sobre todo de la Sierra Central, el consumo de estos productos es como una ofrenda y se lo realiza en el propio cementerio junto a la tumba de los difuntos, que es parte del rito de reencuentro con los antepasados.
Para la elaboración de la colada morada utilizan la harina de maíz negro, que le da la consistencia espesa, acompañada de pocas frutas como el mortiño (arándano silvestre del páramo andino), hierbas aromáticas y cortezas como la canela y otras especias dulces; contraria a la que se prepara en la ciudad con una variedad de frutas.
Esta bebida ancestral va acompañada con las ‘tantawawas’, panes grandes de trigo, moldeados y adornados con forma de niño pequeño o bebé. La colada y las ‘tantawawas’ son elaboradas a leña que le dan un sabor especial.
En nuestra ciudad, en el sector de Atocha, no solo en esta fecha, sino durante todo el año las comerciantes de la Asociación 2 de Noviembre, expenden la colada morada con empanadas de viento rellenas de queso, carne y pollo, en esta fecha lo hacen con guaguas de pan. (I)