Hilando sueños con tradiciones
Las mujeres de la parroquia Salasaka del cantón Pelileo ocupan su tiempo libre en el hilado. Esto es parte de su cultura y tradición ancestral.
La elaboración de hilo que sale de la lana de borrego se lo hace con el guango, un palo pequeño donde se hila la lana de borrego y la habilidad de las manos.
María Masaquiza aprendió a hilar hace más de 20 años. “Mi madre me enseñó”, dijo. Al igual que ella Estela Manobanda también realiza la misma tarea, especialmente en las tardes, que es cuando hay tiempo, expresó.
El hilado es permanente y los 365 días del año- la lana que sale de esta labor se la expende o se la utiliza para la elaboración de bufandas, sacos y chambras para niños.
El guango es un palo muy delgado, donde enrollan la lana con mucha dedicación y paciencia, luego se obtiene el hilo para la elaboración de su propia vestimenta. Este elemento las acompaña a todo lado, ya que ningún segundo es desperdiciado.
Los productos que se elaboran con la lana de borrego se venden desde un dólar, pero aquellos que necesitan de dedicación y tiempo tienen un costo aproximado de 50 a 70 dólares. El hilado es muy fino y sirve para la confección de tapices, shigras, suéteres y artesanías de la localidad.
Manuela Caizabanda tiene la habilidad y sus manos aún se mueven ágilmente cuando se trata de hilar. Las prendas que ella viste son hechas por ella misma. (I)