Diciembre / Hernán Marcelo Guerrero

Columnistas, Opinión

En esta época  se utiliza   el tiempo para interactuar más con la familia, compartir,  conocer mejor a la querida esposa, y los apreciados hijos, también se  utiliza el tiempo libre para dar a conocer a las persona, como pueden llegar a tener una muy  buena relación con Jehová, y con su hijo Jesucristo,  saber que a él no le interesa que comamos cenas, pavos, buñuelos  tamales, o demos y recibamos regalos, sino, como tratamos de obedecerle, en todos los aspecto de la vida, en la familia, trabajo, con los amigos y otros, Juan 10:14,27. 

Si bien es cierto, diciembre es un mes que nos trae alegrías por logros alcanzados, angustias por los trabajos que no se pudieron cumplir y esperanzas realizadas y por otras no concretadas pero esperadas. La vida pasa, nada la detiene: es fundamental que todo lo que se programe sea a largo, mediano o pronto plazo se ejecute con calidez. Es fundamental que los mayores y los jóvenes evalúen sus logros y también alguno que otro incumplimiento (no quiero decir fracaso) que no se realizó. Los hogares de nuestra ciudad y país como los otros de diversos continentes de esta Tierra se preparan para pasar la hoja del calendario, 2022. Alegrías, satisfacciones, logros…; aspiraciones no hechas realidad, “se guardan” en este calendario porque no todo lo que se ha deseado llega a cumplirse: así es. Siempre se piensa que cada año debe ser mejor que el vivido en este presente o en el tiempo pasado, pero siempre no es así. Lo principal es la salud de todos los grupos humanos y la subsistencia adecuada para vivir en paz: esto se logra con trabajo y perseverancia. La alegría es ante puesta al dolor; el descanso al cansancio, la capacidad de lucha al desarraigo y falta de voluntad; en nuestra querencia actual.

Diciembre es un mes que nos propone alegrías, esperanzas entrañables; ansias de ser mejores y “sacar la voluntad de hacer” en familia y con la Tierra que hoy vivimos en tiempos de pandemia. Dos mil veintiuno ha sido un año que nos deja el valor que se tuvo para vencer la dificultad y “abre la puerta de la esperanza” para las familias ecuatorianas en el próximo año. (O)

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