De tumbo en tumbo / Mauricio Calle Naranjo
Es sorprendente el bajo nivel de preparación de ciertas autoridades en entrevistas acerca del tema de seguridad y muertes violentas en Ecuador, que aparte de cantinflear y leer textos preparados por asesores neófitos e improvisados, también desconocen la real situación del país. La paciencia de la audiencia posee un límite a la verborrea utilizada en los discursos que se convierten en una falta de respeto a la población que urge una solución a corto plazo. No tiene parangón los crímenes que acontecen en Guayaquil, para el ciudadano de a pie, todos los días se han convertido en un cuento macabro de crónica roja y no hay gobierno que le salve de vivir en la zozobra.
No es tiempo para politiquería ni demagogos incapaces de sentir la desesperanza de una nación. En la lucha contra carteles y mafias, se necesita de profesionales expertos y con experiencia comprobada a fin de impedir que Ecuador sea tierra de nadie y que la impunidad sea el sello de la indolente justicia. No es momento de trabarse con las palabras y cobardemente escabullirse jugueteando con frases trilladas, el pueblo no es tonto, el pueblo precisa de verdaderos líderes que detengan el avance de las sombrías agrupaciones del crimen organizado.
El Ecuador llora con desesperación al ver correr sangre en sus calles, la estructura jerarquizada del Ejecutivo y Legislativo aún piensan que el presente es un episodio más y que pronto acabará con alguna cortina de humo creada con el objetivo de apaciguar a las masas. Lo único que nos queda es elevar una plegaria al cielo y encomendarnos a recibir protección desde nuestro credo, porque de la seguridad ningún funcionario se encarga y el narcotráfico vive campante controlando las calles y cárceles, mientras las autoridades van de tumbo en tumbo sin acertar a devolvernos la paz y tranquilidad. (O)