Alza de precios / Esteban Torres Cobo
La gasolina sube en todo el mundo. Y, junto a ella, los precios de la mayoría de cosas. El fenómeno es mundial y en los Estados Unidos de escasos antecedentes. La Reserva Federal se ha puesto manos a la obra subiendo los tipos de interés pero la situación parece lejos de solucionada. En el país norteamericano los precios están por los aires y el costo de la vida es cada vez mayor.
En Ecuador la situación es similar. La gasolina cuesta casi lo mismo que en Europa y sin la misma calidad pero, adicionalmente, se siente una inflación en productos de todas las necesidades. Es especialmente curiosa la situación ecuatoriana porque nuestra economía dolarizada pero sin capacidad de imprimir billetes por cuenta propia funciona casi como una atada a un patrón oro pero, aún así, los precios suben. Si bien la tasa oficial alcanza un dígito de 3 y a veces de 4 por ciento, en ciertos sectores alcanza un 20 y hasta un 30 por ciento.
¿Cuál es la explicación a este fenómeno? Sin duda alguna la situación geopolítica de algunas regiones y la reciente salida del shock económico que fue la pandemia pero, fundamentalmente, la descomunal impresión de dólares de los últimos años. Se calcula que casi el 60% de los dólares que circulan actualmente fueron impresos en los últimos 7 años. Lo cual implica que los ahorros pierden valor y que los bienes y servicios cuestan más. Nunca en la historia se había impreso tantos dólares.
Es la historia de ciertas economías latinoamericanas, europeas y africanas que explotaron por hacer lo mismo ante la imposibilidad de sostener su moneda y gasto público. En el caso norteamericano, sin embargo, el tamaño de la economía y la cantidad de deuda pública con instituciones y países extranjeros evitará que siga por ese camino pero al menos la inflación ya golpea a todos.