Las drogas en el siglo XXI / Alejandra Sánchez Psicóloga Clínica
El uso de drogas a temprana edad se ha convertido en un conflicto grave. Existen muchas medidas correctivas y campañas para la prevención de las drogas, sin embargo, ninguna de estas ha funcionado de la manera esperada. Los adolescentes son los que están más expuestos a las drogas, puesto que las pueden encontrar en una diversidad de lugares y su acceso es fácil. Los estudiantes usan drogas, dentro y fuera del colegio, y la medida que toman los colegios casi siempre es la expulsión. No obstante, esto no debería suceder, ya que al retirar al estudiante no se ha solucionado el problema, tan solo las autoridades han dejado a un lado el conflicto. Los colegios deberían capacitarse sobre estos temas, puesto que los jóvenes enfrentan realidades de un mundo que cambia de manera acelerada y al mostrar a las drogas como un tabú, los jóvenes no tienen con quien hablar sobre el tema. Los procesos educativos pretenden que tanto los profesores como los alumnos piensen de la misma manera, sin tener en cuenta las grandes diferencias generacionales y de época. En los colegios, como en la mayoría de los hogares aún se satanizan los temas de las drogas y el sexo, todo lo que se dice sobre estos temas es negativo o se prohíbe hablar se esto, por lo cual, no da la posibilidad a otras perspectivas y análisis. Se siguen optando por posiciones y puntos de vista antiguos, cuando el mundo está en constante evolución, cada vez más acelerada. Los adolescentes han optado por el silencio, ya que si hablan o piden a un profesor tocar estos temas como el de la droga, inmediatamente lo ponen en el mundo de la sospecha. El silencio y ver a estos temas como tabú es contraproducente, lo que realmente funciona es la comunicación abierta sin juicios, en donde los jóvenes puedan expresar sus necesidades, sus deseos, su forma de ver el mundo y las razones por las que consumen algún tipo de droga. Al tener una perspectiva abierta, sin juicio, tomando en cuenta cómo funciona el mundo actualmente se pueden plantear programas de prevención efectivos enfocados en los jóvenes y sus verdaderas necesidades.