QUIEN PAGA LA FACTURA DEL PARO/ Ec. Diego Proaño Córdova
Una vez que se cerró el telón del primer round del paro nacional que mantuvo en vilo por 18 días a los casi 18 millones de ecuatorianos, comienzan a surgir algunas cifras espeluznantes sobre las pérdidas económicas por las movilizaciones de la CONAIE. De manera global se habla de mil millones de dólares entre lo público y lo privado esto es unos 55 millones de USD diarios, empero en estas cuentas no se considera los valores perdidos por lucro cesante, es decir aquellos valores que no se pagaron a personas por no ir al trabajo porque no pudieron llegar con vías obstaculizadas o aquellos comerciantes que debieron cerrar sus locales porque no había clientes a quien vender o porque se aproximaba las marchas y debían cerrar o simplemente los indígenas les hicieron cerrar a la fuerza, de hecho las misma ventas no realizadas por los manifestantes por ir a las marchas y al ser productos perecibles, se dañaron. De ninguna manera se puede cuantificar valores de los informales que no pudieron vender sus productos en calles y esquinas por el paro.
Por otra parte, también hubo daños materiales en propiedad privada que nada tuvo que ver con la razón de ser de las movilizaciones, eso no se incluye en los mil millones anunciados en las perdidas, adicionando los valores extras que las familias ecuatorianas debieron pagar por productos escasos en los pocos sitios abiertos y que, por efectos de la caída de oferta a más de una fuerte especulación no controlada por nadie, hicieron que los recursos no alcancen para mucho, por la impresionante escalada de precios en esos días. Por ultimo los bienes públicos atacados, autos policiales, infraestructura de entidades públicas, aun no se determina su arreglo o reposición, que también es parte de las cifras no consideradas como perdidas por el paro.
Para contestar la interrogante de quien o quienes deben pagar estos rubros, la respuesta es todos, los daños materiales y perdidas en el sector privado de personas, negocios o empresas, lamentablemente cada uno, del sector público, se tomará valores de otros rubros de cada presupuesto para dar cobertura a esta urgencia no programada, en detrimento de quitar a otros sectores. El daño es gigante al país, la tasa de crecimiento de la economía nacional prevista de 2,8%, debe ser recalculada que de seguro ahora luego del paro será menor, el empleo adecuado también se reducirá, con incremento de la tasa de desempleo y subempleo, la recaudación tributaria experimentará una caída importante en junio, lo mismo que la inversión nacional y extranjera. En resumen, la paralización no consiguió efectos positivos para nadie, excepto los especuladores y desestabilizadores. El remedio resulto peor que la enfermedad.