SERIE LOS VALORES HUMANOS: LA INTUICIÓN / Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Los valores humanos se expresan en los diferentes planos de nuestra realidad, de ahí que tenemos aquellos relacionados con nuestra parte más concreta y por tanto poseen características más bien físicas como el orden o la higiene.

También se encuentran aquellos valores que tienen que ver con la energía que nos otorga la vida misma y entonces hablamos de la actividad, así como del ritmo natural de las cosas. Junto a ello estarán los valores afectivos como la gratitud y la amistad; también los valores intelectuales y éticos como la comprensión, el razonamiento al igual que la responsabilidad y el compromiso.

Más allá de esos valores, encontraremos aquellos que podríamos denominarlos valores estéticos entre los cuales encontraremos a la belleza, al amor y a la imaginación. Formando parte de este grupo, estará también la intuición.

Esta cualidad humana esta vinculada directamente con la mente humana, la misma que según enseñanzas muy antiguas, tendría dos vertientes una de las cuales mira hacia el mundo concreto mediante su herramienta que es la razón y, la otra que mira hacia lo alto y sagrado utilizando como elemento fundamental la intuición.

De ahí que estamos ante la forma más sutil de la mente humana, aquella que nos permite conocer de manera directa y natural, es un ver con los ojos de la mente en su condición más pura. En tal condición se emparenta precisamente con la belleza, el amor y la imaginación creadora que nos lleva a pensar primero en el otro antes que en uno mismo.

Como contrapartida tenemos la mente concreta que al dirigirse hacia lo inferior se ve inevitablemente envuelta por nuestras propias emociones, deseos y apegos, desvirtuando el sentido de cada pensamiento para llevarlo hacia nuestros intereses personales.  

Isabel García Méndez afirma que la intuición es un proceso de conocimiento tan real como el conocimiento racional y es común a todas las personas.

La intuición es conocer algo sin saber cómo llegamos a saberlo. Es esa clase de conocimiento inexplicado pero profundo, es decir a través del razonamiento llegamos a instruirnos, pero es con la intuición como alcanzamos el saber universal.

Lo dicho se hace posible porque aquellas percepciones intuitivas cuando están debidamente educadas nos develan ante la mente, la realidad íntima de las cosas.

La intuición es una cualidad que requiere ser desarrollada pues forma parte de aquellos logros de todo crecimiento interior, para lo cual es indispensable perseverar en nuestros objetivos más elevados. Cuanto más orden hay en nuestras vidas, hay más espacio para que las intuiciones se hagan presentes.

Como se ve, las intuiciones tienen una esencia espiritual y siempre están relacionadas con las dificultades a vencer, con las debilidades a superar, con los esfuerzos a realizar para subir por los peldaños de la vida, con lo arduo y trabajoso pero bello al mismo tiempo.

Desarrollarlas es conquistarlas, logrando que ese sentido de eternidad que late en el interior del ser humano lo mantenga vivo.

Deja una respuesta