Venden en aceras sin control ni sanción
Sin duda, el control aplicado al informalismo es mínimo y casi nulo, según propietarios de locales comerciales ubicados a lo largo de la avenida Cevallos, calle Bolívar y alrededores de los mercados Modelo y Central.
Los peatones son los más perjudicados, ya que para ellos no existen aceras, mismas que están totalmente invadidas por los vendedores de frutas, ropa, legumbres y hasta cárnicos.
Pedir que se permita el paso resulta un peligro, ya que el ciudadano sale agredido verbalmente y hasta amenazado por los vendedores y sus familias.
“No podemos decir que se retiren o nos dejen pasar, uno debe buscar por dónde hacerlo e incluso bajarse a la calle y circular viendo a todo lado para evitar ser atropellado por los intrépidos buseros”, dijo Miguel Antonio Cáceres, padre de familia.
La indignación de los propietarios de locales cercanos al Mercado Modelo, nace luego del atropello con muerte de una mujer, misma que habría intentado bajarse de una unidad de transporte y fue aplastada por las ruedas de otro bus, considerando que en la zona existe las paradas del transporte urbano.
El presidente de los locales exteriores del Mercado Modelo, Mauricio Carvajal, indicó que el atropello ocurrido hace pocos días no es el primer caso, ya que han existido varios problemas en la calle Juan B. Vela y Tomás Sevilla.
“El informalismo ha crecido de tal forma desde hace dos administraciones municipales, donde nada se ha logrado y se ha dejado libremente a los vendedores. La administración actual ha mirado a un costado sin presencia ni ejecución de medidas ante el problema. Vemos que toda la ciudad está asediada por los informales. Ya hemos visto fatales consecuencias a causa de que no existen aceras para circular con cierta seguridad”, dijo.
Aclaró que el comercio informal está apoderado de las aceras; mientras que, los peatones deben utilizar las calles corriendo riesgos y esquivando a la muerte.
Ante la situación, Adela Gómez, propietaria de local comercial, indicó que también hay irresponsabilidad de los choferes de buses, ya que no deberían abrir sus puertas hasta llegar a las paradas establecidas.
“Vimos que el hecho del atropello se genera porque abren las puertas anticipadamente y esto es lo peor, ya que deben cuidar de los pasajeros sabiendo cómo es la situación en la zona”, explicó.
En el sector se instala una unidad de policía, pero esto no sirve de mucho.
Los afectados consideran que se debería realizar reformas a las ordenanzas municipales que regulan el comercio informal y aplicar fuertes sanciones económicas para que exista un posible temor de los informales.
En la calle Bolívar ocurre similar problema, donde las vendedoras de frutas se van tomando espacio junto a garajes, terrenos baldíos y afuera de negocios que están en la zona.
Sin temor y sin respeto ubican sus cajas de madera, parasoles y demás mercadería que resta espacio para la circulación.
El mismo problema se registra en los alrededores del Mercado Central, donde algunas vendedoras salen de sus puestos de trabajo dentro del centro de acopio hacia las calles. (I)