Vestimenta Tsáchila se retoma para no perder cultura
El Museo Etnográfico Tsáchila está en la comunidad Chigüilpe en Santo Domingo, donde la comunera y guía Diocelin Aguavil dio a conocer que en este lugar se mantienen las costumbres, tradiciones y creencias.
Es usual observar a las mujeres tejiendo y retomando esta actividad que se estaba perdiendo. Se recuerda que las mejores en este arte fueron la abuelas quienes solían supervisar a las más jóvenes en las elaboraciones multicolores de las vestimentas para los varones y mujeres. Esta actividad era una de las más antiguas por 500 años.
Las mujeres de esta manera han ido retomando el tejer el ‘manpe tsanpa’ o falda del hombre; mientras que para la mujer es el ‘tunan’ o también falda. Es todo un arte colocar los hijos y empezar a tejer.
Los tejidos en la antigüedad eran elaborados con base del algodón que se cultivaba en los terrenos pero esto poco poco se fue perdiendo, porque se reemplazaba los cultivos de algodón por plantaciones de cacao o naranja o algo que fuera comercial. Es por eso que actualmente se adquieren las madejas de hijo en la ciudad.
El algodón era cultivado (cuando había) y se lo secaba para luego pasar al hilado y la pigmentación, este último con base del ‘chéchero’ que era una planta que daba pigmentos de colores bajos y no fuertes. Actualmente eso es distinto, porque la lana con colores primarios se adquiere con facilidad.
En cuanto tiene que ver con el telar, éste se confeccionaba de manera manual y se colocaban los hijos. Una bufanda, por ejemplo, se confeccionaba entre cinco a siete días; mientras que, el ‘tunan’ o vestimenta más grande (falda) abarcaba dos semanas en tejerse. Las vestimentas duran entre 15 y 20 años, agregó la mujer Tsáchila. (I)