Crisis, tiempo de decisiones / Fabricio Dávila
Poco se recuerda hoy que crisis significa toma de decisiones. En su origen, este término se acerca más a la palabra criterio, es decir, al principio que se aplica para decidir de forma acertada y no tanto, a palabras cuyo sentido tiene que ver con desastre o catástrofe. El momento que vive el país se convierte en el marco para hablar de crisis, acercándose al significado original.
No sólo el gobierno y las instituciones del Estado, sino la población que rechaza el terrorismo en cárceles, gasolineras, cuarteles policiales, urbanizaciones y calles debe mirar el presente como una oportunidad para, desde el suelo, rescatar lo que ha sido dominante entre los ecuatorianos: el trabajo, la solidaridad y la paz.
La inseguridad de los últimos meses representa, sin duda, la prioridad para la gran mayoría de ecuatorianos. En un país donde se amanece con muertos colgando en puentes, carros detonados y policías acribillados es imposible estar en paz, tener calidad de vida, atraer inversión y consolidar el desarrollo humano sostenible. Con miedo a la hora de atravesar la puerta de la casa hacia la calle, no hay libertad ni educación adecuada, tampoco existe comercio ni turismo y una cantidad enorme de ciudadanos se queda sin ganarse el pan diario.
Esta situación exige tomar decisiones, entendiendo que la seguridad ciudadana no se limita a un problema de estadísticas, donde los funcionarios toman el micrófono para informar sobre los delitos de mayor impacto. Trabajar en por la seguridad interna de un país, no se restringe al incremento de policías y fuerzas armadas custodiando los espacios públicos, porque cuando se retiren, los violentos volverán a los lugares desde donde transgreden la ley.
La acción en pro de la seguridad nacional implica, entre otras cosas, atender las necesidades de los sectores olvidados por las instituciones del Estado, donde las organizaciones de delincuentes ofrecen sacar de la pobreza a sus adeptos, fortaleciendo cada día su estructura de poder al servicio del mal.
El gobierno debe superar la ceguera según la cual, la manera de trabajar en pro de la seguridad de un país, es derribar un edificio dentro de una cárcel, para evitar nuevos ataques a la fuerza pública, cuando se debería invertir en tecnología para que las armas y explosivos no ingresen. Si esta crisis no es la oportunidad para tomar decisiones adecuadas ¿qué más debe suceder para que lo sea?