MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL: Acto médico integral / Klever Silva Zaldumbide
El acto médico del futuro tendrá que ser necesariamente una medicina diferente, más humana, comprensiva y concentrada en la relación cuerpo-mente. El abordaje holístico (integral) de la persona es una necesidad innegable. Los aspectos físicos y los espirituales se encuentran en paridad de importancia y así deben ser considerados.
El hombre se relaciona con el mundo a través de su cuerpo, de su mente, de su espiritualidad, y todos éstos interactúan con la realidad. Por los años 20, el médico alemán Félix Deutsch utilizó por primera vez la palabra «psicosomático» para designar aquellas enfermedades y alteraciones que, interrelacionadas con el cuerpo y con la mente, forman un conjunto indivisible. Los desórdenes psicosomáticos son aquellos en los cuales la mente desempeña un papel preponderante en su desarrollo. Ansiedad, nervios, inseguridad, temor, cólera, frustraciones, entre otras perturbaciones emocionales, favorecen la aparición de enfermedades físicas. Habrá que sumar la predisposición genética que es muy importante y determinante para el aparecimiento de enfermedades. En realidad, únicamente si estamos preparados o condicionados genéticamente para desarrollar, por ejemplo, una dolencia cardíaca o un accidente cerebro-vascular, los desórdenes emocionales dispararán los mecanismos para que esas enfermedades se aparezcan. También son muy importantes, como factores causales de enfermedades las condicionantes llamadas ambientales como la alimentación, los hábitos particulares que tenemos, tabaco, el consumo de estimulantes, antecedentes en el embarazo (hijo no deseado, no esperado, sufrimientos de la madre embarazada). Las condiciones generales de salud física y emocional al momento de la concepción. Los traumas físicos, el tipo de trabajo u ocupación, el ambiente laboral y el medio social entre otros.
Un desequilibrio emocional actúa desde el punto de vista psicofísico, en relación también con su frecuencia, intensidad y duración. Es fácilmente comprensible que un episodio de frustración, depresión o ansiedad abra el camino para trastornos psicofísicos tanto más preocupantes cuanto mayores sean su intensidad y su prolongación en el tiempo. De allí la importancia de detectar a tiempo cualquier alteración relacionada con el estrés, con la finalidad de intervenir apropiada y rápidamente para cortar la cadena que desemboca en enfermedad.
En el estrés, los hechos acontecen de forma ordenada y secuencial, cronológica y causalmente ordenados terminando por desarrollar una enfermedad física con todo su “generoso” abanico de síntomas. La percepción de las cosas y de los acontecimientos será la clave. ¿Una chimenea es causa de humo y cenizas o es motivo de calidez y belleza? ¿Un vidrio gigante en una ventana es motivo de que se pueda romper y que hay que limpiarlo a cada rato o es oportunidad de una gran vista y hermoso paisaje?