El Ecuador que debemos conocer: Los árboles de papel / Luis Alfredo Silva Zambrano
Los árboles de papel, científicamente denominados polilepis, han sido llamados, por la sabiduría popular, árboles de papel; porque del tronco y las ramas, se desprende la corteza, a manera de folletos, que están compuestos por delgadas láminas, semejantes a las hojas de papel.
Son árboles altos, de tallo muy grueso, de color café rojizo, que se desarrollan entre las altitudes de 3.200 a 3.800 metros sobre el nivel del mar. Generalmente, su tronco no es vertical y presenta varias sinuosidades, al igual que sus ramas.
Como son árboles silvestres, es decir que aparecen por acción de la naturaleza, se elevan unos al lado de otros, en forma desordenada, configurando un bosque enmarañado. Que ponen un atractivo especial, el que se puede observar, cuando uno se encuentra en el interior de él.
El clima, que facilita su crianza, es El Ecuatorial Frío de Alta Montaña, que existe en los sectores con altitud mayor a los 3.000 metros. La lluvia total anual, varía entre 800 y 2.000 milímetros, según la altura y la exposición de las vertientes. La temperatura, media anual, es siempre inferior a los 18 grados centígrados.
El suelo, también influye, en el desarrollo de los bosques de árboles de papel. Los suelos de páramo, son obscuros o casi negros y ácidos. Según su origen, son de roca madre, arcillosos arenosos o areno arcillosos, con materia orgánica antigua y moderna, en muchos casos, sin la descomposición completa.
Seguramente, los maravillosos bosques de árboles de papel, debieron impresionar, a los conquistadores españoles, en su avance por el norte de La Región Andina; de lo que fue, El Imperio de los Inca o Tahuantinsuyo.
En nuestra provincia, Tungurahua, hemos contemplado en las estribaciones de La Cordillera Occidental de los Andes, cubriendo grandes espacios, especialmente, en las laderas de colinas y montañas, que muestran su belleza.
Estar dentro, de un bosque de árboles de papel, es impresionante, es un mundo diferente y encantador. Despida el año viejo o reciba el año nuevo, en la placidez de ese mágico entorno, creado por la maravillosa naturaleza.
Que los Ángeles de Luz le cuiden, y que se cumplan sus sueños; este 2023 y siempre son los deseos, del autor de esta columna.