Un libro diferente de Melchor Rodríguez. 2023 / Pedro Reino Garcés
Uno de los mejores regalos y de sorpresas en nuestras letras – no por un cumplido- ha resultado la lectura de un libro de 192 páginas, bajo el título de Historias propias, ajenas e inventadas, de Melchor Rodríguez Núñez, Ed. El Conejo, 2022. Leer los 23 relatos ha sido un refrescar vivencias de un Ecuador profundo, donde no aparece un relator omnisciente sino para reforzar el testimonio de la vida contada por un testigo cultural de nuestro pasado.
El escritor y narrador-testigo, por ser un residente en Pedernales, nos muestra una cruda realidad de sicología social del manabita que soportó el embate de la naturaleza en el terremoto del 16 de abril del 2016, de una intensidad de 7.8 grados en la escala de Richter con datos de 660 muertos y 13 desaparecidos, según el registro dado por la oficialidad del Estado. Esto no es lo novedoso en este tema que trae el libro, sino el poder hablar desde el alma de la gente; desde su carácter, sus contradicciones, sus creencias; desde el ángulo de lo que se esconde en el mundo interior y en las formas de la conciencia de diversos estratos sociales. No es eso superfluo que se lee en lo ficcionalizado, que sirve de eslogan cuando se habla de lo que es un manaba, como que todos los manabas fuesen homologados bajo un solo molde comportamental. El escritor que ha tratado a la gente de diversos estratos socioeconómicos, de diversos credos políticos, nos ayuda a encontrar caracterizaciones que han servido para perfilar nuestra identidad que es múltiple, y no la que estereotipa la prensa o los medios masivos, de donde toma la gente datos que falsean lo que el pueblo esconde por dentro.
Bien me podría detener en comentar lo que es el argumento de cada relato, desde varios enfoques decodificadores; pero quiero más bien pensar en la utilidad que ofrece el libro a quienes ocupan la función pública o a quienes son candidatos permanentes a mantenernos en el desgobierno, en las prácticas del engaño, la coima y el acomodo personal. Pero qué lejos estamos de tener lectores, con sensibilidad cívica, si acaso lo son esos analfa-fetos funcionales que se convierten en reyezuelos de pueblos, producto de cesáreas y de nuevos engendros de componendas embarazosas.
Melchor Rodríguez nace en 1948 en Quisapincha provincia del Tungurahua; siendo un adolescente la familia migra a la ciudad de Ambato donde reside hasta 1974, año que emigra a Australia en donde permanece por 22 años, actualmente (2023) vive entre Quito y Pedernales y viceversa.
En su pueblo natal estudia la primaria, y como los recursos familiares no daban para más, había que aprender un oficio para sobrevivir y, lo más importante, ayudar a la familia. Ya en Ambato se desempeña en disímiles actividades como: aprendiz de sastrería sin mucho éxito, cosiendo chaquetas; luego de cursar el Centro Técnico Vocacional de la Diócesis de Ambato incursiona de aprendiz de mecánico automotriz e industrial. En el apogeo de petróleo trabajará en la amazonia ecuatoriana en una de las filiales de la entonces Texaco, más tarde absorbida por Chevron, hasta su migración a Australia. Reside en ese país de principios de 1974 hasta principios de 1996.
En este país aprende y perfecciona el idioma inglés para cursar la secundaria y luego obtener el título de Ing. Eléctrico que luego lo revalidaría en Ecuador obteniendo el equivalente a través del Senesyt. También obtiene un diplomado en Gestión del Talento Humano en la UTPL.
Su formación literaria es autodidacta y su gusto por la lectura comienza a temprana edad motivado por un tío materno, que luego se convertiría en su saludable y enriquecedor hábito con todo lo que caía en sus manos.es el autor de la reciente obra: HISTORIAS PROPIAS, AJENAS E INVENTADAS una recopilación de relatos, cuentos y vivencias. Tiene una página en FB donde aporta con trabajos denominado: INQUIETUDES CIUDADANAS, también alguna vez aportó con cartas y algún trabajo para el semanario: “El Español en Australia”.