EDITORIAL / Ecos de la CELAC
La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe CELAC desarrollada esta semana en Buenos Aires tenía como el punto sobresaliente la reincorporación de Brasil con el presidente Lula da Silva y la expectativa que el mandatario brasileño asuma el liderazgo de los países de la región.
Junto a Lula estaban los presidentes democráticos -de tendencia socialista- de la talla de Gustavo Petro, Gabriel Boric, Luis Arce y el anfitrión Alberto Fernández con la idea subyacente de conformar un bloque de naciones que haga contrapeso a la OEA y que potencie los postulados del socialismo del siglo XXI promovidos por el Foro de Sao Paulo.
En este sentido los discursos de lucha contra la pobreza y la desigualdad, el combate a la corrupción y la integración comercial y económica de región dominaron los discursos de los mandatarios.
No obstante dos intervenciones retumbaron con mucha fuerza en este foro Latinoamericano y del Caribe, la primera la intervención frontal y directa del Presidente Mario Abdo Benítez del Paraguay quien condenó la situación política y social de Venezuela, y emplazó a buscar una solución a la diáspora venezolana, en una clara alusión al impresentable gobierno de Maduro.
En la misma línea y con igual frontalidad el Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou arremetió en su intervención contra los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela, acusándolos de irrespetar la democracia y atentar contra los derechos humanos.
Estamos de acuerdo en que de nada sirve llegar a acuerdos de integración y libre comercio en la región si aún existen países en los que se proscribe la libertad de opinión, la libertad de prensa, se encarcela opositores y se irrespetan los derechos humanos y la democracia.