EDITORIAL / Secuestro extorsivo en auge
Gran impacto social causó el pasado fin de semana la noticia del secuestro de la pareja de esposos Mauricio Martínez y Vanessa Egas en una transitada vía perimetral de la ciudad de Quito, a manos de una banda de delincuentes dedicados a la extorción y al secuestro de oportunidad.
De este hecho lamentable, que está de auge en el Ecuador, podemos sacar varias reflexiones, la primera y más importante que la pareja de esposos pudieron mantener la calma y fortaleza suficiente para salvar sus vidas y regresar a salvo con sus hijos y familiares. La segunda que la unidad élite de la Policía Nacional UNASE cumplió una vez más una labor impecable para rescatar sanos y salvos a los esposos, lo cual merece un reconocimiento a la institución policial, y destacar que cuando la Policía cuenta recursos técnicos y personal especializado cumple a cabalidad su compromiso con la sociedad de servir y proteger.
Otro tema de gran importancia es el pedido que realizó la señora Egas cuando manifestó su llamado a que la loable labor realizada por la UNASE sea completada con la labor de la justicia, que fiscales y jueces cumplan con su deber y apliquen el peso de la ley a los delincuentes.
Tal vez lo más lamentable fue enterarnos que parte de los integrantes de esta banda delincuencial estaba compuesta por dos menores de edad, uno de ellos identificado como el asesino de un policía en la ciudad de Esmeraldas hace menos de tres meses y en libertad por obra y gracia de un juez que le otorgó medidas sustitutivas.