Informalidad no perdona / Editorial
El inicio de cada semana es aprovechado por comerciantes informales que se instalan en diferentes espacios de la urbe ambateña, donde, la falta de control municipal, evidencia, todavía que la informalidad comercial gana espacio en el centro de Ambato.
Por ejemplo, en las inmediaciones de la Gobernación de Tungurahua, ayer, se concentraban personas que ocupaban la esquina para ofertar diferentes productos, usando toda la vereda para vender, haciendo de “locales comerciales” improvisados.
Y no solo eso, los días lunes, al ser de feria, en los exteriores de diferentes mercados ambateños, se instalan vendedores no regulados, quienes hacen uso del espacio público, complicando a los transeúntes que pasan por estos sectores, dando lugar a que, también, los dueños de lo ajeno, se beneficien por los tumultos que se originan.
Si bien siempre se ha apoyado el trabajo honrado y honesto, la ciudadanía demanda controles exhaustivos por parte de las autoridades del orden para evitar que Ambato se vuelva un mercado colectivo y, ojalá, con los nuevos proyectos en mente por parte de la nueva administración municipal, se logre un control a las ventas desmedidas que se dan a diario, al no ser legales ni reguladas.