Música indígena, herencia, mito y fiesta

Interculturalidad
Rafael Masquiza Caiza (49), José Masaquiza Masaquiza (76) y Manuel Masaquiza Masaquiza (70) entonan las melodías con la ayuda del bombo flauta, pífano y redoblante durante el encuentro en la comunidad Llikakama, parroquia Salasaca. (Foto El Heraldo) 

“Debemos sentirnos orgullosos de tener pueblos milenarios, estos no son minorías étnicas; son pueblos originales con una cosmovisión propia. Hoy se impone una cultura para erradicar la otra y ese ha sido el problema, nuestras culturas milenarias

hay que fundirlas con las jóvenes, así la cultura de los pueblos será una cultura rica”. Rigoberta Menchú, activista guatemalteca cuya lucha por los derechos de los indígenas fue reconocida con el premio Nobel de la Paz (1992).

La reflexión de Rigoberta Menchú permite encajar la música de los pueblos originarios y su relación con la fiesta, herencia y mito. El legado de las culturas indígenas forma parte de las tradiciones como elemento de existencia humana. 

El legado tradicional está presente en José Masaquiza Masaquiza (76). Él junto a su hermano Manuel Masaquiza Masaquiza (70) y compañero Rafael Masaquiza Caiza (49) transmitieron la alegría musical con el bombo, flauta, pífano y redoblante respectivamente en el marco de la visita de los delegados de la Fundación Suiza de Ayuda para los Indígenas del Ecuador, Daniel Rietschin, presidente y Juan Rodolfo Hans, director de proyectos. Los momentos se convirtieron en la fiesta llena de alegría al contar con obras (sistema de agua potable) que permiten mejorar las condiciones de vida de la comunidad de Llikakama, parroquia Salasaca. 

El sentido musical es inherente a todos los pueblos que habitan el planeta tierra, recoge las memorias del Conversatorio del Tolima. También indica que, la música sirvió para acompañar cantos y danzas en ritos que se realizan para que la sociedad siga su curso, para invocar a sus dioses y recordar tradiciones. 

“Para nosotros es evento cultural de agradecimiento a la fundación que ha brindado su aporte para la gente del campo”, dice don Manuel Masaquiza, que comenzó a los 12 años a entonar el instrumento musical; “la música es tradición y permite transmitir sentimientos; y, permite alegrar la vida y se pasa de momentos de tristeza a la alegría”. 

Don Rafael Masquiza Caiza recuerda que “nuestros padres sabían tocar los instrumentos”. Él tiene 20 años siendo parte de la actividad musical. 

“En la música y la danza indígena predomina la disposición natural del movimiento, que conlleva al desarrollo armónico de la figura humana”, señala el archivo del Conversatorio del Tolima. (I) 

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