500 días / Editorial
Una tensa calma atraviesa el momento político del país, luego de la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones tanto de Presidente de la República como de asambleístas para un corto período de transición de algo más de 500 días.
Los analistas económicos prevén que cualquiera que sea el próximo presidente, tendrá que afrontar, en el corto tiempo de su mandato, problemas muy serios, tales como los efectos del fenómeno de El Niño, que se pronostican como catastróficos para la región costa y parte de la sierra ecuatoriana. Pérdidas millonarias por destrucción de cultivos de exportación y consumo nacional, daños en infraestructura vial, puentes, represas, así como afectación de importantes ciudades y pueblos; este es el panorama que, posiblemente, deberán enfrentar las autoridades interinas.
A este panorama dramático se deberán sumar problemas que desde este momento afectan al país, como la baja en la producción petrolera, principal producto de exportación del país, y mayor generador de divisas en una economía dolarizada, que podría complicarse aún más si se aprueba la consulta popular de no extraer petróleo del bloque Yasuní ITT.
El problema de la seguridad, crimen organizado, narcotráfico, será otro flanco que deberá atacar el nuevo mandatario desde el inicio de su gestión, así como mayor atención a las necesidades cotidianas de los ciudadanos como educación, salud y medicinas.
Las necesidades de la población son muchas y los recursos económicos son insuficientes, por lo que el reto que asumirá el nuevo mandatario es sumamente complicado – y de corta duración- razón mayor para pensar a quién le confiamos nuestro voto.