El ruido sigue en la ciudad / Editorial
Con el anuncio de la reciente aprobación de la ordenanza para controlar el ruido, se esperaba que los parlantes en la vía y en los espacios públicos fueran retirados o, al menos, que su volumen se redujera.
Sin embargo, nada de ello ha ocurrido. Sobre vehículos siguen ubicados parlantes con un ruido ensordecedor. El ruido proviene de los vehículos que circulan por las calles con parlantes o de los que se estacionan en determinadas vías para promocionar productos de todo tipo, sin que exista fuerza humana, menos control alguno, para apagarlos.
Si ese ruido se suma el de las motos y al de los carros sin escape, el espacio público resulta muy contaminado por sonidos que lastiman los sentidos de la gente. El ruido urbano es una de las principales causas del llamado estrés.
Es urgente que se aplique la ordenanza para evitar que el excesivo ruido contamine la urbe, con consecuencias negativas sobre la gente. (O)