El síndrome de Hubris y Guillermo Lasso
Nuevamente, el presidente saliente, Guillermo Lasso, como ya es costumbre, la semana pasada nuevamente se mandó una burrumbada jurídica, y como siempre lo hizo honrando lo básico y poco elementales que terminan siendo los criterios jurídicos de aquellos quienes lo rodean y, han venido asesorando al primer mandatario.
Ahora se le ocurrió remitir al Administrador General (un funcionario administrativo), de la “DISUELTA” Asamblea Nacional, el veto parcial del Proyecto de Ley de Salud Mental, pues si, aunque parezca increíble, envía el veto parcial a un funcionario administrativo, que no posee la capacidad jurídica; y, que ni por el viento de la rosa de Guadalupe, podría pronunciarse sobre allanarse a esté o, peor aún, tampoco podría pronunciarse sobre la ratificación del texto aprobado del proyecto de ley, ¿será talvez porque él no lo aprobó?
Parece chiste, pero lamentablemente no lo es, no existe un parlamento en nuestro país, pero el presidente saliente veta un proyecto de ley y lo remite al Administrador General de la Asamblea Nacional, no quiero imaginarme la cara del señor Administrador cuando le llegó semejante irracionalidad jurídica.
No sé, si los asesores del sr. Lasso, son muy básicos en el razonamiento jurídico en el sentido positivista o formalista, es decir, como el presidente tiene derecho al veto y tiene un tiempo para ejercerlo, no me importa o no tomo en consideración otras cosas, sino únicamente lo que me dice la norma respecto al veto, y, no reflexionó respecto al contexto, en ese sentido considero que lo enviado al sr. Administrador, se encuentra fuera de todo contexto legal.
Esto, podría terminar viéndose como una “falacia del hombre de paja”, es decir, terminaría siendo, como cuando yo construyó un enemigo muy débil o fácil de combatir para destruirlo fácilmente, el Administrador de la “DISUELTA” Asamblea Nacional, termina haciendo el papel del muñeco de paja que lo golpeo y no puede defenderse y, es más va a caer fácilmente.
El propósito del veto presidencial, tienen como principal finalidad que otro (Asamblea Nacional), se pronuncie, lo confirme y se adhiera o se ratifique en el texto aprobado, pero al parecer, los asesores presidenciales astutamente aprovechando que al momento no existe Asamblea Nacional que se pronuncie al respecto, pretenderían que entre en vigencia por el ministerio de la ley, convirtiéndose en un evidente acto de deslealtad en el uso del derecho… Hasta en eso es desleal el sr. Lasso.
En fin, termina siendo otro uso espurio, ilegitimo y adulterino del derecho, en donde aprovechándose de la ausencia del parlamento el presidente renunciante Lasso, pretende ganar un partido sin jugarlo o sin tener a un contradictor al frente; o en su defecto, podríamos buscar una posible explicación de carácter psicológico, haciendo referencia al síndrome de Hubris, que según el médico británico David Owen es el trastorno que señala el padecimiento de querer siempre tener la razón; y, es común en lideres o quienes ostentan poder sin estar preparados para ejercerlo.