Deje de vender, dediquese a asesorar
Tal como usted lo lee estimado lector, el tiempo de vender terminó, llegó el momento de asesorar y hacerlo de buena manera utilizando la programación neurolingüística y sintiendo en su corazón, en lo más íntimo de su ser, las cosas que le dice a su cliente.
Anteriormente considerábamos que el tener una gran habilidad para hablar (bla, bla, bla) le convertía en un buen vendedor, a tal punto que decíamos “oye, tú no te callas nunca, deberías dedicarte a las ventas”, pero en un mundo tan cambiante en el que todos los días se presentan nuevas metodologías para lograr diversos objetivos, consideramos que un buen comerciante debe ser aquella persona que menos habla y más escucha.
El cliente tiene varios problemas, busca satisfacer sus necesidades, no requiere que lo abomben con productos que él no desea, quiere ser escuchado y, es labor nuestra primero dejar que hable, que explique sus deseos, en algunas ocasiones ni siquiera sabe lo que busca y es ahí cuando nosotros debemos actuar, asesorando de la mejor manera en pro de ayudarle a encontrar su felicidad.
Conocer el entorno, investigar sobre los problemas más álgidos como la inseguridad, desempleo, la creación de empresas, nuevas enfermedades, etc., permiten guiar a nuestros prospectos cuando el trata de decirnos algo y no encuentra las palabras adecuadas o no clasifica de forma sistémica sus requerimientos.
Luego viene la fase del conocimiento de los bienes o servicios que estamos ofertando, uso, característica, garantía, precio, financiamiento, comparación con otros similares de la competencia y tendencias tecnológicas de productos que podrían salir en un tiempo venidero.
Súmele a este procedimiento, el conocimiento de la programación neurolingüística, para ver a través de sus gestos la expresión de que, ese es el producto que estaba buscando e incluso que no importa su precio, porque lo necesita de manera inmediata.
No se trata de vender por cumplir la meta que nos exigen nuestros jefes, se trata de formar una cultura de solución de problemas a base de diálogos permanentes y tecnologías que forman productos con valor agregado diferenciado.