En el filo del abismo

Columnistas, Opinión

En el calendario del CNE, la campaña electoral será del 08 al 17 de agosto de 2023. No obstante, los candidatos no respetan este lineamiento y han empezado su camino demagogo por todo el territorio nacional. En internet existen varios análisis de los programas de gobiernos de cada aspirante al poder y en redes sociales hay entrevistas donde la población puede informarse y seguir definiendo cuál binomio tiene el panorama claro y promete algo real.

Las consignas de los presidenciables en su mayoría son temas de seguridad y la lucha contra la corrupción. Aunque parece inaudito, que las obligaciones del Estado con el ciudadano, ahora se han convertido en falsas promesas. Aparte de la disonancia que existe en los discursos de campaña, pocos y de forma general hablan del manejo de la economía, que es el punto más neurálgico y que toda la sociedad ecuatoriana debe conocer. En el corto plazo, si elegimos un gobernante irresponsable, Ecuador entrará en una recesión. Así de claro es el escenario económico, y quien trate de tapar la realidad, es un mentiroso. Las cuentas del Ecuador desde hace varias décadas están con saldo negativo, y en el contexto mundial rodeado de una globalización desmedida y un neoliberalismo carnívoro que ha hecho trastabillar inclusive a las grandes potencias, en respuesta a estas corrientes, Ecuador en teoría debería designar a lumbreras para la administración de las cuentas públicas, a fin de evitar los rezagos voraces de las potencias mundiales.

Los recursos fiscales no son un juego y los programas de gobierno de los presidenciables en el área económica, tienen aspecto de tarea copiada al apuro por el más vago del aula. Cuando la sociedad tome conciencia de la realidad monetaria del país, podrá elegir a alguien que sea coherente en sus argumentos económicos. No es tiempo de improvisar ni aprender en el camino. La economía del Ecuador, necesita de profesionales aptos, capaces y hábiles con el objetivo de evitar que el país colapse. “El pueblo no necesita que su gobierno se queje y culpe a su antecesor. Es votado para que mejore la situación, por eso fue elegido, para dar soluciones. Para quejarse ya está el pueblo” (Eva Perón). (O)

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