El arte del fuego

Columnistas, Opinión

La Medicina Tradicional China forma parte de una de las escuelas médicas universales. Dentro de su inocua generosidad existe una forma de aplicación complementaria a la Acupuntura a base de un elemento llamado Moxa. El término moxa deriva del término japonés mogusa, que fue traducido al inglés y pronunciado como moxa. Las moxas son conos o pirámides o cilindros fabricados a base de hojas secas y molidas de plantas chinas, (Artemisa), hojas de la planta sisim o hierba de San Juan (Artemisia vulgaris) que se aplican encendidas sobre determinadas áreas de la superficie corporal.

La Moxibustión constituye uno de los métodos principales para tonificar nuestra energía  y como un medio para aumentar la resistencia contra las enfermedades. Es un método externo de prevención y tratamiento de enfermedades por ignición de moxa, para estimular determinados puntos acupunturales. Logramos un incremento en la producción de glóbulos blancos, incrementa la producción de glóbulos rojos y hemoglobina, recuentos de plaquetas y capacidad de generación de anticuerpos. Mejora la circulación sanguínea y linfática. Las personas que sufren problemas de circulación o ‘frío’ en pies y manos pueden obtener un gran beneficio.

Los antiguos médicos chinos llamaban: «El arte del fuego». El término correcto es Jiu Fa, es decir «Técnica del fuego prolongado». Se utiliza asociado con jengibre para agregar las propiedades terapéuticas de la planta al efecto de la moxa. Bien indicado para debilidad de bazo y estómago, dolor en articulaciones, dolor abdominal, y otros síntomas de deficiencia. Con ajo, igual que con el anterior, está indicado para todos los proceso inflamatorios, infecciones dérmicas en su etapa inicial. Con sal, se llena el ombligo con sal y se coloca un cono grande y se lo enciende. Indicado para casos de extremidades frías, pulso débil e imperceptible, vómitos, diarreas, etc.

Los conos pueden tener el tamaño de un grano de arroz hasta un centímetro o más. Pueden aplicarse en forma directa o indirecta. Directa: Se ubica el cono directamente sobre la piel de los puntos de acupuntura correspondientes y se enciende en la punta. Puede el calor llegar a la piel y enrojecerla y se denomina moxa directa sin cicatriz, o sea que no quema directamente ni hace llaga sobre la piel. Se va cambiando el cono a medida que se consume. Moxibustión indirecta que se puede aplicar de varias maneras: Con sustancia aislante, Consiste en aplicar la moxibustión utilizando algún material aislante entre la piel y el cono encendido. Este material pude ser como ya explicamos una simple rodaja de ajo o jengibre y sal.  Con cilindros de Artemisa que se preparan envolviendo la planta en papel y dándole la forma de puro.  Se enciende por el extremo, y se acerca al punto indicado que queremos calentar. Por último, se realiza con “aguja caliente”, esta técnica consiste en encender un cono por los dos lados e introducirlo en el mango de una aguja para calentarla y aumentar su efectividad, esta técnica recibe también el nombre de agujas templadas.

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