Incredulidad y asombro / Editorial
Incredulidad y asombro / Editorial
El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio nos deja a los ecuatorianos con impotencia e incredulidad. Ya no sabemos quién nos gobierna o si estamos a merced de la delincuencia. El gobierno del presidente Guillermo Lasso califica este crimen como político, lamentablemente hay más inquietudes que certezas.
Familiares del candidato asesinado decían que no había una adecuada protección policial y en videos se observa que estaba muy expuesto a un atentado. Recibió amenazas y era un blanco para sus enemigos. Las imágenes son claras y demuestran la facilidad con que asesinaron al político. Ojalá se llegue a los responsables intelectuales de este horrendo hecho.
Villavicencio denunció muchos actos de corrupción y se enfrentó a las bandas delincuenciales en el Ecuador. Él tenía enemigos por sus acusaciones e, incluso en algunos discursos, retó a los sicarios a que vengan; no les tenía miedo, decía.
Este será un caso que deberá ser investigado a fondo para que no queden cabos sueltos y aflore la verdad. La percepción del ecuatoriano es el de un Estado fallido. El gobierno debe revertir esa incredulidad en las instituciones del Estado y, de una vez por todas, enfrentar a las mafias. Resuelvan el caso y den con los culpables por el bien del país. (O)