Ballottage

Columnistas, Opinión

Los americanismos, es decir, las palabras importadas al español a través de la adaptación de expresiones usadas en otros idiomas son frecuentes a causa de la globalización. Algunos ejemplos: ají (del taíno), alpaca (del aimara), cancha (del quechua),… o bistec de origen inglés, que proviene de Beef Steak. 

En el ámbito político, también hay expresiones novedosas que se vuelven cotidianas. Hoy, muchos dicen balotaje, en lugar de segunda vuelta. 

Esta palabra consta en el diccionario de americanismos de la Real Academia Española, como una adaptación de ballottage, que significa empate en la primera vuelta de unas elecciones o también segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados, si ninguno de ellos ha obtenido la mayoría para ser proclamado vencedor. Entonces, los ecuatorianos estamos en tiempo de balotaje por la presidencia de la república. 

Los primeros resultados extra oficiales presentaron una tendencia que casi no tuvo variaciones con la ubicación dada oficialmente por el Consejo Nacional Electoral. Este día, cuando el escrutinio llega casi al 100%, se confirma la segunda vuelta entre Luisa González y Daniel Novoa. El candidato que sustituyó a Fernando Villavicencio, Christian Zurita, ocupa el tercer lugar.

El primer puesto no causa asombro, sorpresa habría sido que no clasifique a la final. El verdadero outsider resultó Daniel Novoa. Por cierto, esta palabra inglesa, se refiere a quien, estando fuera de los cuadros partidistas y de la vida pública activa de un país, participa por primera vez como candidato. El segundo finalista, aunque no es totalmente nuevo, su juventud y escaso protagonismo en la Asamblea Nacional, lo hacen ver como un recién llegado a las lides electorales. 

Habiendo ocho binomios, como era esperado, el voto se fragmentó. Sin embargo, sumando los números de algunas candidaturas, cerca del 40% de electores optó por figuras imprevistas. Esto quiere decir que una parte significativa de   ecuatorianos espera el cambio generacional en la política. Los líderes de los partidos deberían analisar esta situación con objetividad. Hay quienes creen que las organizaciones partidistas de larga data están en decadencia. 

Nuevamente se medirán dos ideología contrapuestas, reeditándose la lucha por el poder entre el socialismo del siglo XXI y el emporio Novoa. El resultado, por ahora, es 1 a 0 a favor del correísmo, pero en el balotaje podría llegar la igualdad. Aunque en este juego político, el único que no debería perder es el país. (O)

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