Ambato en la década de 1.940 / La Merced

Columnistas, Opinión

El barrio de La Merced, en la década de 1.940, fue el inicio de La Ciudad de Ambato, con sus casitas tradicionales, de una y dos plantas, con techo de teja, era la residencia de buenos trabajadores, especialmente de artesanos, dueños de tiendas, bares, y salones donde se preparaban deliciosas comidas, ambateñas y ecuatorianas.

En la amplia plaza de tierra que existía, donde hoy es un parque, se practicaba el deporte denominado pelota nacional, que se jugaba con grandes guantes forrados de cuero, que era para impulsar una pesada pelota de hilos de cáñamo; un espacio, se utilizaba como cancha para jugar cocos, con unas bolas de acero; juegos tradicionales, de esa década.

El 24 se septiembre, día de La Virgen de la Merced, el barrio, celebraba su fiesta; era muy concurrida y alegre, con juegos pirotécnicos, sonoros y de colores, con «castillos» de estructura de carrizo, que al prenderlos formaba diversas figuras que giraban, dando un encantador y atrayente esparcimiento, se lanzaban globos de papel, inflados con aire caliente, que ascendía por el cielo, iluminando el espacio.

Pero lo importante de la fiesta, era el desfile religioso, que se realizaba por la ciudad, a la que concurrían, centenares de personas; un grupo predilecto de devotos llevaban, a hombros la urna con La Virgen de La Merced, durante todo el recorrido; una banda de músicos de pueblo, acompañaba, igual que amenizaba toda la fiesta.

La iglesia de La Merced, mostraba una arquitectura ancestral religiosa; con cuatro columnas adosadas, con capiteles muy engalanados, dos a cada lado, de la amplia entrada, de arco de medio punto; en la segunda planta, en la fachada estaba el escudo de la comunidad mercedaria, a cada lado había bóvedas con imágenes religiosas y un adorno poligonal, rodeado de cuatro pequeñas torres. En la tercera planta, estaba el campanario, bordeadas con nuevas torres pequeñas; en una torre mayor, habla un gran reloj; termina, la torre, con una copulina.

A los lados de la iglesia, se levantaban edificaciones; una de dos pisos, con cuatro ventanas circulares y techo de teja; la otra, de un piso con varias ventanas, que era el convento; toda la construcción de la iglesia, estaba bordeado de un alto pretil de hierro forjado.

Así era, el popular barrio ambateño de La Merced; en la década de 1.940; poblado de gente buena y amable. (O)

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