La urgencia Constitucional
La decisión de cambiar una constitución debe ser cuidadosamente considerada y respaldada por una amplia base de apoyo, en función de garantizar la legitimidad y estabilidad del nuevo marco legal. Porque modificar la carta fundamental es un proceso deliberado y solemne que depende de diversos factores políticos, sociales y culturales. En ese orden -aunque no a todos- involucra a legisladores, expertos legales y la participación de la sociedad a través de referendo o consulta popular.
Cada país y cada situación, son únicos y, por eso, no hay una regla unitaria que determine cuándo es indispensable cambiar o revisar una constitución. No obstante existen algunas realidades en las que suele ser aconsejable, necesario o justificable intentar esa alternativa sustitutiva.
Por ejemplo: Si la sociedad experimenta cambios significativos en sus valores, normas y expectativas, de tal suerte que -revisar la constitución- refleje de mejor manera esa realidad, sin descartar la inclusión de cuestiones relacionadas con derechos civiles, libertades individuales, diversidad cultural, igualdad de género y otros temas sociales.
Pero también, cuando un país enfrenta una crisis política prolongada, con evidentes conflictos internos, luchas por el poder que amenazan su estabilidad, desafueros y ambiciones desmedidas, entre otras expresas manifestaciones de inconformidad, violencia y antivalores que vuelven urgente abordar las causas subyacentes de esos problemas, para encontrar soluciones.
Ocurre por igual, si la economía de un país se enfrenta a desafíos significativos como recesiones, desigualdad económica extrema, o una necesidad de reformas económicas fundamentales, que por distintos motivos no han sido atendidas.
Finalmente y sin pretender agotar posibilidades, los desafíos ambientales, los avances tecnológicos y científicos, la evolución de normas de derechos humanos e incluso, modificaciones en la estructura de gobierno, pueden ser factores conducentes a la revisión constitucional, en orden a garantizar cumplimiento de estándares, ajustar la división de poderes, incluir disposiciones específicas y mantenerse al día con desarrollos en temas como ciberseguridad y biotecnología.
En nuestro caso, varias de aquellas realidades están presentes y, mientras se continúe bajo la égida de la Constitución de Montecristi, se mantendrán los procesos, decisiones y sentencias atadas a las conveniencias del poder, satisficiendo inconfesables ambiciones y encubriendo impredescibles atrocidades hasta lograr la impunidad.
Continuaremos viviendo de espaldas al mundo real, con los ojos cubiertos y los oídos taponados, para no ver, no sentir, ni escuchar las verdades que duelen.
El destino del País amarrado a los rabos de paja de unos cuantos delincuentes que se disfrazaron de autoridades y se auparon en falsas democracias.
Por todo eso, “…el periodista y académico, Simón Espinosa Cordero, propuso al país que, mediante consulta popular, en la modalidad de Referéndum Constitucional…” sea derogada la Constitución del 2008 y puesta en vigencia la de 1998 actualizada; fundamentando su opinión en la forma que aquella fue aprobada (por referéndum) y por ello, puede ser abolida por el mismo poder originario. De la misma manera, si la constitución de 1998 fue derogada en ese referéndum, por la misma vía podría recuperar su vigencia.
Con absoluta inteligencia afirmaba que, el Estado de Derecho y la Democracia Republicana fueron “extirpados de nuestro destino nacional por la Constitución de 2008” y no le falta razón. Tanto más cuanto que, desde otras latitudes ya se emiten opiniones mal intencionadas, encaminadas a revisar la norma constitucional para permitir la reelección indefinida, eliminar procesos y sentencias, poner a dedo nuevas autoridades del estado, candidatizarse, y volver a las sanciones direccionadas.
Definitivamente, la inestabilidad política en las instituciones del Estado, así como la ola de criminalidad que atraviesa el Ecuador es responsabilidad de la Constitución del 2008. ¡Prudente entonces, acoger la razonable propuesta realizada por el doctor Espinosa Cordero!(O)