Unidad en comunidades indígenas
Por más de 100 años, las comunidades de la zona rural siempre han hecho respetar sus reglas dentro de sus generaciones.
Los pobladores de la parroquia Pilahuín no son la excepción y la unidad es lo que les caracteriza al enfrentar problemas y necesidades.
La vestimenta es la característica principal de los pobladores, donde las mujeres portan un anaco negro, con blusa blanca bordada con diseños exclusivos, con un reboso verde o rosado y como toque final un hermoso sombrero blanco que en la mayoría de los casos su valor supera los 300 dólares.
Mientras que, los hombres visten siempre su elegante pantalón y camisa blanca con poncho rojo y con un sombrero de paño blanco.
Los líderes indígenas, comuneros, cabildos y presidentes parroquiales son los que unen al pueblo y toman decisiones cuando enfrentan circunstancias adversas.
La Ley Indígena prevalece en dicha parroquia, donde las decisiones son tomadas en consenso a fin de hacer sentir su poder y sobre todo su malestar ante situaciones que causan daño tanto a los pobladores como a su tierra.
Los “taitas y mamas” de las comunidades son los más respetados, ya que su sabiduría, elección y consejos guían a las nuevas generaciones.
Los saberes ancestrales del pueblo, son difundidos dentro de cada núcleo familiar llegando a padres e hijos.
Las tradiciones y costumbres del pueblo se replican en cada reunión familiar, barrial o comunitaria.
Todo problema o necesidad es conocido por el actual teniente político, José Muyulema, quien debe analizar cada situación y definir resoluciones con las autoridades y personas “mayores” de la parroquia. (I)