Israel / Editorial
Esta semana el mundo se ha conmocionado con la barbarie desatada por el grupo terrorista Hamás contra el Estado de Israel y especialmente contra su población civil. Niños, jóvenes, adultos, ancianos fueron brutalmente masacrados por un ataque coordinado por aire, mar y tierra, presuntamente apoyado y financiado por Irán. La razón más aceptada por los analistas internacionales para explicar este ataque terrorista es que Israel estaba a punto de lograr una alianza estratégica con Arabia Saudita y consolidar su posición geopolítica de potencia económica y militar en medio oriente.
Israel, con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea, ha iniciado una contraofensiva para neutralizar a los integrantes de Hamás, especialmente en Gaza, pero se encuentran con la disyuntiva de poner en riesgo la vida de cientos de rehenes que están en poder de los terroristas.
En este ataque no solo han sido masacrados ciudadanos israelitas, sino también turistas, estudiantes y residentes de países latinoamericanos, europeos, asiáticos, estadounidenses, por lo que la condena ha sido casi a nivel mundial, con excepción de pocos gobiernos totalitarios o populistas, que justifican la barbarie o se declaran neutrales.
Ante esta masacre declararse neutral equivale a apoyar el terrorismo, es válido respaldar y apoyar al pueblo palestino que quiere lograr acuerdos para una convivencia pacífica, pero no a los terroristas que en nombre de reivindicar derechos violan, secuestran y asesinan civiles inocentes. (O)